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Este lunes se llevó a cabo una marcha en Montreal en apoyo a los indígenas sioux de Standing Rock, en Dakota del Norte, quienes llevan adelante desde el pasado mes de abril una serie de acciones para oponerse de modo pacífico a la construcción de un oleoducto, Dakota Access Pipeline (DAPL), que pone en riesgo sus fuentes de agua.
Los manifestantes en Montreal, encabezados por indígenas mohawk, también denunciaron la participación de los bancos canadienses en ese proyecto petrolero. Ellos sostienen que más de 600 millones de dólares fueron invertidos en el proyecto Dakota Access Pipeline (DAPL) por los bancos canadienses TD Canada Trust, RBC Royal Bank y el Scotiabank y piden que esos fondos sean retirados de tal proyecto petrolero.
Una de las entidades de la sociedad civil canadiense que participó en la organización de la marcha es Justice Climatique Montreal. Su portavoz, Kristian Garneau, describió el proyecto de oleoducto como un “escandaloso ejemplo de violencia de parte de las corporaciones detrás de los combustibles fósiles contra los habitantes del planeta”.
El polémico oleoducto costará unos 3.700 millones de dólares estadounidenses, tendrá una extensión de unos 1.770 kilómetros y servirá para transportar 450.000 barriles de petróleo desde el territorio de los indígenas sioux, Standing Rock en Dakota del Norte hasta Illinois, donde podría ser conectado a un oleoducto existente y llevar el crudo directamente a las refinerías en el Golfo de Estados Unidos.
En su trayecto, atravesará los ríos Missouri y Mississippi, abriendo el riesgo de contaminar las aguas de la población sioux y de millones de personas. Los indígenas se oponen a ese oleoducto porque sostienen que no fueron debidamente consultados por los gobiernos de los Estados y las agencias federales estadounidenses.
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