El Cañero

30 de septiembre de 2013

De posición a posesión

Lizardo Olivo
El problema ancestral y al parecer insoluble en la República Dominicana es que los presidentes una vez posicionados en el cargo se posesionan del mismo por ausencia de controles y a lo único que atinan es a satisfacer caprichos y a administrar la corrupción con su sello personal.

Usted sabe, posición (“Postura, actitud o modo en que alguien o algo está puesto”, según su primer significado en el diccionario de la RAE) y posesión (“Acto de poseer o tener una cosa corporal con ánimo de conservarla para sí o para otro”, según la misma RAE) no son lo mismo, por mucho que se parezcan las palabras. Pero los presidentes siempre las han confundido de manera aviesa para tomar ventaja y enriquecerse y enriquecer a los suyos con los bienes del Estado.

Al cumplirse un año de ser posicionado como presidente, con claridad se aprecia por asuntos pequeños y mayores que Danilo Medina se posesionó del cargo en un santiamén. Como sus predecesores, hace lo que le da la gana con el dinero del Estado. Semanalmente se echa decenas de millones de pesos en los bolsillos para luego de divertirse rememorando las infantiles aventuras de saltos o cruces de alambradas repartir unos cuantos billetes entre los suyos, sean éstos reales o supuestos agricultores. También rifa pequeñas obras del Estado, y cositas menores para hacer más eficaz su reparto de borona, bajo el tape de los subsidios a programas equis.

Pero donde Danilo ha demostrado contundentemente su efectiva posesión de la presidencia es en asuntos mayores, tales como la imposición de su implacable política impositiva y de aumento de los combustibles, su invento de la carreta Cibao-Sur y convencer a Leonel Fernández para tocar las puertas de la Barrick Gold para que sueltes unos pesos más.

Otro asunto mayor es que sin que nadie chistara puso a administrar en el Ministerio de Educación nada más y nada menos que el 4% del PIB al personaje que es para él (Danilo) ni más ni menos lo que Félix Bautista es para Leonel.

Y agréguele a eso la anuencia para que el clan de su director de Ética hiciera los arreglos para que ninguna entidad del gobierno se opusiera a que Ramoncito Báez Figueroa esté de regreso a la vida productiva, aunque bajo condiciones incómodas (je je) que le pautan ofrecer charlas y que no se ajume, entre otras tonterías.

Bueno, los seguidores de Danilo pueden decir que hay justicia al mejor estilo del poder en ese asunto. Mire, si Leonel está suelto y haciendo presentaciones internacionales después de un fraude fiscal de más de 200,000 millones de pesos solo en 2012, no se justificaba la prisión de Ramoncito con más de media pena cumplida por su fraude de 55 mil millones de pesos, si se toma en cuenta que ambos fraudes los paga religiosamente el mismo pueblo.

Sin cortapisas, reconozco y recalco que Danilo tiene posesión de la presidencia y hace lo que quiere, como nunca se había hecho. Ha sido impositivamente despiadado, pero con camuflaje de humildad, sin pavonearse y rechazando el aparataje de jefe. Este ha sido su gran éxito para que tenga el nivel de aceptación que se dice que tiene, porque no se puede hablar de que con un cuarto de su mandato ya cumplido ha resuelto alguno de los problemas de siempre, aunque se está dando el mayor banquete con los impuestos.

Mire, con Danilo ocurre como con esos jonroneros que dan palos enormes, a los cuales los lanzadores rivales no le tiran a dar, porque no perrean en el recorrido de las bases, lo que no quiere decir que no disfrutan discretamente por el palo dado.


Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones, y se apiade de la República Dominicana. (El Jacaguero)

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