RAFAEL PERALTA ROMERO
Como el libro se
titula "Ecos del Surco, Voces de la Milpa”, este
hombre, inteligente y llano, ha temido que usurpara el nombre de esta
columna. Al tratar sobre esta
coincidencia, he descubierto en
Pedro Pablo Peña a alguien de quien sentirse uno orgulloso, por el trabajo que
hace en una institución de la calidad de
la FAO.
Me ha dicho que “Ese
libro lo considero un homenaje a El Salvador, a sus hombres y mujeres, a sus
paisajes y a esa férrea voluntad de los salvadoreños y salvadoreñas de siempre
querer salir hacia adelante. Espero le guste la presentación. Como le comentaba esta mañana, una milpa es
en El Salvador un conuco de maíz”.
Transcribo algunos
párrafos de la presentación escrita por nuestro compatriota:
Al abrir este libro se escuchará el sonido del
arado o el chuzo penetrando la tierra para abrir la esperanza
donde va la semilla. Se oirá el ruido que hace el agua al llenar cada poro de
la tierra sedienta que, cuan madre amorosa, espera la semilla milagrosa. Si se
acerca el oído se escucharán las voces melodiosas de mujeres y hombres que en valles y montañas hacen parir la tierra.
Al pasar cada página se sentirá la arcilla
adherida a los dedos, se escuchará el viento sobre el verdor del campo agitando
al pasar los varios sembradíos y el olor a tierra mojada brotará de cada página
cual fruta fresca, con aroma de vegetales y hortalizas, de granos y pastizales.
Abierto el libro quedan expuestos los 56 años
del trabajo de la FAO junto a los hombres y mujeres de El Salvador. Intentar resumir todos esos años en más de 100 páginas parecería una
tarea difícil; sin embargo, el proceso seguido ha hecho que la tarea no solo
haya resultado fácil, sino mas bien refrescante, aleccionadora y hasta
divertida.
La FAO ha estado junto a El Salvador y su gente desde 1956 en cada
acción dirigida a mejorar las condiciones de vida de la población. Ha participado en cada proyecto destinado a
desarrollar y fortalecer las capacidades nacionales para enfrentar los retos y
aprovechar las oportunidades que cada momento histórico ha traído consigo.
Hasta aquí
las palabras del agrónomo Pedro Pablo
Peña, quien constituye un valioso aporte de República Dominicana al desarrollo
de pueblos hermanos.
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