16 de enero de 2015

El mal de las Águilas Cibaeñas no es de forma, sino de fondo

Por: Ramón Antonio Veras
1. “Amor no quita conocimiento”. Esta idea, llevada a mi simpatía por el equipo de béisbol profesional dominicano Águilas Cibaeñas, la quiero traducir significando que mi inclinación desde niño al conjunto aguilucho no me impide hacer un análisis de sus debilidades, aciertos y desaciertos.

2. Si hacemos un estudio desapasionado del camino transitado en los últimos años por las Águilas Cibaeñas, llegamos a la clara conclusión de que algo funciona mal en el equipo, y esta calamidad no está en el “dugout” o, en su momento, en el terreno de juego.

3. Las Águilas, en procura de cambiar la trayectoria del camino que las ha llevado a los fracasos sucesivos en las últimas temporadas, han ejecutado los siguientes movimientos: a.-) En la campaña 2009-2010 Félix Fermín, fue sustituido como dirigente por Rick Sweet; b.-) en la temporada 2010-2011, la dirección del equipo fue entregada a Tony Peña y a Miguel Diloné; c.-) en el 2011-2012, nuevamente Félix Fermín, fue llamado a dirigir el conjunto aguilucho; d.-) en el periodo 2014-2015, Félix Fermín, es reemplazado por Andy Barkett, y éste en esta misma temporada fue relevado por Miguel Tejada.

4. La directiva de las Águilas Cibaeñas, en busca de ganar su campeonato número 21, con la falsa creencia de que la fiebre está en la sábana y no en el cuerpo del enfermo, ha continuado con las siguientes acciones : 1.- Salida de Tony Batista y Alberto Castillo. 2.- Motivación al retiro como pelotero de Luis Polonia. 3.- Eliminación de Chilote Llenas como Presidente. 4.- Vacaciones a Héctor Luna.

5. No soy un sabihondo ni estratega del béisbol, pero tampoco me creo un estúpido. Hace varios años manifesté a algunos prominentes directivos de las Águilas Cibaeñas, que el equipo permanecería, por lo menos, 5 años sin ganar un campeonato.

6. Más recientemente, antes de comenzar el Round Robin 2014-2015, frente a una pregunta que me hizo un destacado directivo aguilucho, en presencia de amigos comunes, en el sentido de cuál era mi pronóstico para el “Todos Contra Todos”, respondí que el equipo que aspiraba a ser campeón tenía que ganarle a los Gigantes, y las Águilas Cibaeñas, si querían clasificar, estaban obligadas a vencer a las Estrellas Orientales.

7. Así como al pueblo dominicano se le dice que la causa generadora del desempleo, la miseria, el analfabetismo, la corrupción y otros fenómenos nocivos vigentes en el país, derivan de un castigo celestial, y no que es el sistema social actual que padecemos el que genera esas taras; en el plano aguilucho, a los fanáticos se les insinúa que en los últimos años el equipo no ha ganado campeonatos por factores que están en el terreno de juego o en la persona de Félix Fermín, Chilote Llenas, Tony Batista, Luis Polonia, Tony Peña, Rick Sweet, Andy Barkett, Alberto Castillo y ahora de Miguel Tejada. A lo mejor, algunos osados incluyan a Papi Pimentel y a Ramón de Luna, como posibles generadores del desastre que últimamente ha acompañado al equipo. 

8.- Las Águilas, que fue el equipo símbolo del triunfo en el beisbol profesional dominicano, se ha convertido para sus fanáticos en un lamento, en la encarnación de la derrota, en la decadencia más vergonzosa de los últimos años.

9. En el béisbol todo puede ocurrir, pero mi creencia es que, lamentablemente, nuevamente las Águilas Cibaeñas han fallado en su intento por alcanzar la corona Núm. 21, y el impedimento no ha sido por cuestión de jugadores o manager. El mal es de fondo, no de forma. 

10.- Las santiagueras y santiagueros, que queremos a Santiago, debemos de ver en el deterioro del equipo de las Águilas Cibaeñas, la expresión de algo más profundo que no se limita a lo deportivo. La gravedad, la infección en el conjunto cibaeño debe mover las fibras cívicas, sensibles y de decencia del conglomerado cibaeño. Es oportuna la ocasión para que lo mejor del material humano que está al frente de la dirección ejecutiva del equipo, tome su imperio y valore a Santiago y a toda la región cibaeña.
New York, 15 de enero de 2015.

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