Voces y ecos
RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
La sociedad
dominicana está ansiosa de justicia para quienes han desfalcado el Estado y han
constituido negocios y bienes particulares amparados en recursos públicos que
debieron emplearse en el desarrollo de la nación. Veinte mil millones de pesos
invertidos en educación, agricultura y salud servirían para mucho y para
muchos.
La
operación Calamar, iniciada por el Ministerio Público y que incluye a tres
poderosos ministros de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana,
ha suscitado esperanzas de justicia. La gente no oculta la satisfacción por la
detención del grupo unos veinte, y añora que éstos sean investigados y juzgados
con el debido proceso.
Los
procuradores a cargo del caso aseguran que durante varios meses han investigado
profundamente, conforme a estándares internacionales en lo relativo a red de
criminalidad organizada. La procuradora adjunta, Yeni Berenice Reynoso,
calificó el caso de operación Calamar como un "desfalco al Estado sin
precedentes".
No
obstante, en las redes sociales aparecen opiniones que tildan de “espectáculo
mediático” la acción. Con esto pretenden
restarle pertinencia. Este
comportamiento representa una defensa explícita al peculado. La pobre defensa
de algunos voceritos consiste en preguntar por qué es ahora cuando se emprende
la acción. Esos también quieren invalidarla.
Sobre el
Gobierno se han lanzado críticas cuando jueces han variado las medidas de
coerción a ciertos acusados o han liberado a otros argumentando insuficiencia
de pruebas. Algunos no acaban de reconocer que el presidente Abinader no se
inmiscuye en cuestiones de la justicia. Muchos tribunales están en manos
peledeístas.
El PLD ha
querido dar un tono político a la operación Calamar, pero no parece que ese
esfuerzo pueda prosperar. Algunas acciones y declaraciones emitidas durante
esta semana conducen a pensar que para los miembros de ese partido la violación
a las leyes penales y la ética del servidor público no son actos de corrupción.
El próximo
domingo por la mañana irán de nuevo los imputados al Tribunal de Atención
Permanente para que se les conozcan medidas de coerción. Si la turba del pasado
lunes se presentara allí de nuevo a presionar a los magistrados, vale
recomendarle una corrección a su eslogan para que diga: “Somos peledeístas y no
tenemos vergüenza”.
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