Voces y ecos
RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
De haber ocurrido eso, Gonzalo
Castillo fuera en este momento el Presidente y a la fecha habría recibido
doctorados honoris causa de al menos dos universidades. El señorío de la corrupción profundizaría sus
raíces y los dirigentes del PLD anduvieran mucho más podridos en dinero. ¿De
qué bienes no se habrían apropiado?
Si hoy gobernara el PLD, José
Ramón Peralta y Donald Guerrero fueran poderosos ministros de Estado, en vez de
ser investigados por graves acusaciones contra la Ley penal, amparadas en un
amplio legajo de pruebas colectadas pacientemente por la Procuraduría General
de la República.
Es lógico suponer que los amigos
y compañeros de los acusados sean solidarios con éstos, que les contraten buena
defensa, los visiten en la cárcel y les lleven libros de lectura liviana. Lo
que no puede ser es que la organización pretenda confundir a la opinión pública
con su protección a sus -para ellos- santos varones.
Hubo un tiempo en el que el PLD
estudiaba las teorías marxistas, por lo que vale presumir que aún recuerden
esta frase de Carlos Marx: “El capitalismo lleva en sí el germen de su
propia destrucción”. Son sus tropelías durante 16 años consecutivos de Gobierno
lo que ha fermentado la destrucción del PLD.
Aunque sus miembros no llegaron
al Gobierno en esas condiciones, el ejercicio peledeistas del poder se
transformó en una plutocracia. Los dirigentes son más ricos que los antiguos
ricos dominicanos. Sus inversiones incluyen todos los ramos: inmobiliaria,
gasolineras, hoteles, grandes almacenes y financieras.
A propósito de financiera, vale
señalar un dato: abrir un banco múltiple requiere capital de 275 millones de pesos, y es la más compleja
de las entidades del ramo. ¿Cuántos bancos podrían establecerse con 19.5 mil
millones de pesos? Sólo con la colita de esta cifra, que son 500 millones, y un
poquito se fundan dos bancos.
Según la autoridad competente,
la operación Calamar envuelve la distracción de 19.5 mil (casi 20 mil) millones
de pesos. Y así tiene el PLD la temeridad de recriminar a los acusadores con
intentos de desestabilizar el orden público y la gobernabilidad. Es aconsejable
a los dirigentes de esa organización un poco de mesura y respeto a una sociedad
que clama justicia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario