8 de septiembre de 2019


José Gómez Cerda
-Extracto-
Mi último libro es “Tomás Moro, político y Gobernante”, un personaje de importancia general, sin embargo, muy desconocido en muchos sectores.  Él es el patrón de los políticos y los gobernantes, sin embargo, pocos conocen su grandiosa obra.
Además de ser un modelo para los abogados, los juristas, los laicos católicos, como político, presidente de la cámara de los comunes en Inglaterra, canciller y mártir por defender sus principios y convicciones, él escribió uno los libros políticos de mayor transcendencia;  UTOPÍA.
En el caso concreto de “Utopía”, la estructura de la obra y la técnica del diálogo que emplea su autor, hacen de ella una obra que cumple a la perfección lo que se propone tratar sobre la mejor forma de una comunidad política.
Tomás Moro no busca programas de acción inmediata –tarea que corresponde a los cristianos bajo su personal responsabilidad- sino líneas maestras y principales para la edificación de una futura sociedad.
El punto de partida de Moro no es una búsqueda de lo que sería idealmente justo en el mundo, sino un método eficaz de trabajo para exponer lo que realmente tenía de malo la sociedad de esa época.  Utopía es lo contrario de un Estado próspero en desarrollo económico.
Y si no se dan allí las matanzas o revueltas porque se trata de un Estado en el que los valores espirituales y materiales se desarrollan al mismo tiempo, en un sistema de libertad y tolerancia, que encamina toda actividad hacia el servicio comunitario, haciendo que la isla entera constituya una especie de única y gran familia. Utopía es un instrumento de reflexión -con un método sin duda peculiar, novedoso y eficaz-, para la búsqueda de un mundo mejor.

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