-¿En serio eres sietemesina? No parece
- “Sí. Mi papá trabajaba en Nueva York y mi mamá andaba de visita por allá con siete meses de embarazo. El parto se adelantó y nací ahí”.
-¿Es verdad que eras una niña marimacha?
- “Sí. Crecí entre puros hermanos hombres y me la pasaba arriba de los árboles, en bicicleta, patines o jugando algo que en República Dominicana se llama ‘la plaquita’, que se juega con un bat y una placa de coche”.
-¿Te metieron a clases de modelaje para pulirte?
- “Algo así. De pronto me volví una adolescente insoportable y me fui a vivir con mi abuela; ella me aceptó con la condición de que me metiera a esas clases”.
-En 1988 ganas Miss Teenager de Dominicana. ¿Por qué participaste?
- “A mí los concursos nunca me gustaron por el afán de la belleza, sino como una forma de quitarme la timidez”.
-Y te seguiste de filo, ¿no?
- “Sí. En 1994 gané Miss República Dominicana, estuve en Miss Universo y gané Señorita América”.
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