21 de agosto de 2020

La persecución a la corrupción pasada generará confrontación

Rafael Alonso Rijo  | El Caribe
Luis Abinader y Raquel Peña enfrentan grandes retos entre la pandemia
 y la política.
La ausencia de Danilo Medina en la Asamblea Nacional deja ver que la relación Gobierno-PLD no será armoniosa
Además de la crisis sanitaria y económica en medio de la cual Luis Abinader asumió la Presidencia de la República, el gobierno inicia con una potencial confrontación con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y la que también pude arrastrar a Fuerza del Pueblo, teniendo como escenario la justicia y la persecución de la corrupción de los gobiernos pasados.
La primera señal de que las relaciones Gobierno-PLD están lejos de ser armoniosas la dio el expresidente Danilo Medina al no asistir a la Asamblea Nacional a la investidura de Abinader y entregó la banda presidencial al presidente del Senado, Eduardo Estrella, en la oficina de éste, rompiendo así una tradición democrática que solo tiene como referente la ausencia de Rafael Bonnelly Fondeur en la toma de posesión de Juan Bosch, el 27 de Febrero de 1963.
Ha trascendido que Bonnelly Fondeur no estuvo presente porque Bosch instruyó para que no lo invitaran, mientras que Medina alegó que seguía las instrucciones de las autoridades sanitarias para evitar la propagación de la pandemia del coronavirus.
Sin embargo, todo indica que el expresidente Medina evitó ser el blanco de miradas y voces acusadoras cuando en su discurso Abinader tocara el tema obligado de la persecución de la corrupción e impunidad cero. Y el ambiente el domingo en la Asamblea Nacional se prestaba para ello, ejemplo de lo cual es que los aplausos más prolongados al discurso del nuevo mandatario fueron precisamente en las 6 ocasiones en que hizo referencia al castigo a la corrupción.
Y efectivamente, el presidente Abinader dijo en su discurso que “quiero ser muy claro, preciso, y contundente. En el gobierno que iniciamos hoy, no se permitirá, bajo ningún concepto, que la corrupción del pasado quede impune. El que robó dinero del pueblo, tiene necesariamente que pagar en la justicia por sus actos”.
Y tras advertir a los nuevos funcionarios que correrán la misma suerte si se equivocan, Abinader dijo: “Estamos convencidos de que la corrupción de arriba incentiva la de abajo, que es la delincuencia, que se traduce en inseguridad. Y ambas tienen que ser combatidas sin tregua”.
La claridad del mensaje
No cabe duda de que cuando Abinader advertía que “el que robó dinero del pueblo, tiene necesariamente que pagar en la justicia por sus actos”, se estaba refiriendo a los funcionarios de los gobiernos del PLD, señalados por la mayoría de la población como los responsables de los mayores escándalos de prácticas corruptas en la historia dominicana.
Y puso como ejemplo el uso al 4% del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a la Educación preuniversitaria: “Tristemente, ese 4% no se ha invertido como debería, hubo más negocio que educación”.
El mandatario se puso al lado de los reclamos populares en demanda de que los funcionarios señalados como corruptos sean llevados ante la justicia al observar que “no se ha de malograr la herencia histórica de cientos de miles de dominicanos y dominicanas que, en el devenir de más de siglo y medio, han marchado exigiendo justicia y que, en demasiadas ocasiones, han derramado su sangre en el empeño. Si olvidáramos esos sacrificios, no seríamos dignos ni de mirarnos al espejo sin sentir vergüenza”, expresó.

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