«La cosa es así, en cada cargo público que me presenté fui la primera en ganar. Primera persona de color, primera mujer y primera mujer de color, todas las veces». «Soy negra y estoy orgullosa de ello».
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Las mujeres están
empoderándose cada día más en el terreno político, al disputarse importantes
escaños en este ámbito que casi siempre ha sido liderado por los hombres. Pero
una vez más, el rostro de una fémina sale al frente para demostrar la gran
capacidad que tiene a nivel profesional, con lo que busca aportar un cambio
radical para el bienestar de los ciudadanos de la primera potencia del mundo.
Kamala Harris se ha
convertido en la dama del momento, ya que se ha apoderado de la palestra
pública, tras ser anunciada por Joe Biden, candidato a la presidencia de los
Estados Unidos por el partido Demócrata, como su compañera de fórmula, quien
irá a la vicepresidencia de esa nación norteamericana en las próximas elecciones
presidenciales, el martes 3 de noviembre del 2020. «Compatriotas americanos,
permítanme presentarles, por primera vez, a la próxima vicepresidenta de los
Estados Unidos, Kamala Harris», expresó Biden, durante su discurso.
En un ambiente solitario,
rodeada de banderas tricolor se encontraba Harris escuchando ensimismada a Joe,
mientras él realizaba su alocución en un auditorio sin público presente, como
parte de las restricciones sanitarias por la pandemia del COVID-19. Terminada
la intervención de Biden, Kamala con una flamante sonrisa y visiblemente
nerviosa se encaminó al pódium para dirigirse a todo el país, manifestando así:
«Como te dije cuando me llamaste, Joe, me honra increíblemente esta
responsabilidad y estoy lista para ponerme a trabajar».
En ese tenor, la actual
senadora por California, se pronunció duramente en contra de Donald Trump, en
apoyo a los que sueñan con la finalización de su gestión gubernamental, al
establecer que: “El liderazgo de Trump ha costado vidas, puestos de trabajo y
estilo de vida estadounidense. El virus golpea distinto, con más fuerza a las
comunidades negras, latinas e indígenas, y eso no es casual. Es consecuencia de
un racismo estructural”.
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