Por Olivier Pauchard
Una colección excepcional
de joyas que pertenecieron a cabezas coronadas fue subastada este miércoles en
Ginebra por la casa Sotheby's. Entre ellas destacan alhajas de María Antonieta,
reina de Francia guillotinada en 1793.
Mujer con una diadema en la mano Esta diadema de lirio de 1912 es una de las joyas más preciadas en
subasta. (Daniel Leal-Olivas / AFP)
La colección procede de la
‘Casa de Borbón-Parma’. Además de las joyas de María Antonieta, incluye algunas
que pertenecieron al rey Carlos X de Francia, a los archiduques de Austria y a
los duques de Parma. En total, 100 joyasEnlace externo puestas a subasta.
Fuera de lo común
Una venta semejante es algo
fuera de lo común. Antes de la subasta en Ginebra, la colección fue presentada
en diversas ciudades del mundo: Londres, Hong Kong, Dubái, Singapur y Taipéi.
“Se trata de una de las colecciones de joyas
reales más importantes que han aparecido en el mercado y cada una de sus piezas
está impregnada de historia”, comenta Daniela MascettiEnlace externo,
vicepresidenta del departamento de Alta Joyería de Sotheby's en Europa. Al
abrigo de las miradas, nunca visto en público, este extraordinario conjunto
ofrece una visión fascinante de la vida de esta familia en los últimos siglos”.
Entre las piezas más bellas
se encuentran un colgante de diamantes con una perla natural de tamaño
excepcional estimado entre 1 y 2 millones de dólares, unos pendientes y un
collar compuesto por un centenar de perlas naturales, estimado entre 200 000 y
300 000 dólares.
Retrato de María Antonieta.
(Photo Josse/Leemage /AFP)
Las joyas que pertenecieron
a María Antonieta son las que más llaman la atención. “El romance, la magia y
la universalidad de María Antonieta se deben a que representa la sofisticación
del Antiguo Régimen”, según Andres White Correal, director de joyería de
Sotheby's, quien comparó a la esposa de Luis XVI con Cleopatra y Lady Di.
El trágico destino de la
reina también contribuye a esta fascinación. Hija de la emperatriz de Austria,
María Antonieta fue arrasada por la Revolución Francesa.
Antes de intentar huir de
Francia con su marido y sus hijos, la reina envió sus joyas a Bruselas y luego
fueron transmitidas a sus familiares en Austria. La pareja real fue
guillotinada y su hijo Luis XVII murió en cautiverio. La única superviviente de
la Revolución Francesa, su hija, María Teresa de Francia, fue liberada en
diciembre de 1795. Cuando llegó a Viena, el emperador de Austria le entregó las
joyas de su madre, que habían sido cuidadosamente conservadas.
Suiza y el Antiguo Régimen
La Confederación Suiza
mantuvo relaciones bastante cordiales con la realeza francesa.
Los dos países habían
firmado una paz perpetua en Friburgo en 1516, un año después de la derrota de
los confederados contra el rey Francisco I en Marignano.
A partir de esa fecha, la Confederación Suiza se
encontró en el entorno de Francia. El embajador francés, con sede en Solothurn,
fue una figura particularmente importante en la escena política suiza
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