SAN JUAN.- “Debemos trabajar juntos” y “aquí no hay futuro” son las dos ideas que dominan las reflexiones estos días de los puertorriqueños, tras el reciente reconocimiento de su Gobierno de que la situación fiscal y financiera es “insostenible”.
Mientras cerca de 50.000 puertorriqueños emigran cada año a EE.UU. en busca de mejores perspectivas vitales y laborales, quienes se quedan en la isla se dividen entre los que se dejan llevar por el pesimismo y los que confían en que un trabajo conjunto puede “volver a echar a andar a Puerto Rico”.
“Ahora más que nunca tenemos que trabajar juntos, pues si no lo hacemos, nos quedaremos estancados”, afirma en entrevista con Efe Gerard Estrada, un joven de 22 años que trabaja a tiempo parcial en un estante de dulces en un centro comercial de la capital puertorriqueña.
Esta semana el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, admitió que la deuda de 73.000 millones de dólares que arrastra la isla “es impagable” en los términos actuales por lo convocará a los bonistas para tratar de negociar una moratoria que le permita atender sus obligaciones con la ciudadanía.
Puerto Rico es territorio estadounidense desde 1898 y se define como Estado Libre Asociado a ese país, con Constitución propia y con un importante grado de autonomía, aunque EE.UU. se reserva apartados como defensa, moneda, inmigración y aduanas, entre otros.
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