Siete
aerolíneas han cesado operaciones desde octubre: Primera Air, Cobalt Air, Small
Planet, Joon, Flybmi, Germania y Wow Air
Los precios
del petróleo, la sobrecapacidad y la bajada de tarifas han hundido a las
aerolíneas más frágiles, pero también han penalizado a compañías más robustas
Michael
O’Leary, consejero delegado de Ryanair, pronosticó en octubre de 2018 que
habría nuevas quiebras de aerolíneas tras la desaparición de Primera Air,
Cobalt Air y Small Planet. Un negro augurio que se ha visto refrendado por los
hechos. Desde entonces, Joon, (filial de bajo coste de Air France que cerró por
incumplimiento de expectativas) Germania, Flybmi y esta misma semana la
islandesa Wow Air se han sumado a una lista negra que no deja de crecer
(Ryanair vuelve a insistir en que el precio del combustible provocará quiebras)
Las
bancarrotas se han producido en un contexto de elevados y sostenidos precios
del petróleo, de exceso de capacidad y de una bajada de tarifas en toda Europa.
Una coyuntura con la que han podido lidiar los grandes grupos aéreos gracias a
su fortaleza financiera, pero que se ha llevado por delante a las aerolíneas
más frágiles y que ha puesto en un brete incluso a Norwegian, la tercera ‘low
cost’ europea, que ha tenido que recurrir a una ampliación de capital, cierre
de bases aéreas, venta de activos, e incluso una redefinición de su modelo de
crecimiento (Norwegian: despidos y cierre de bases para intentar sobrevivir)
Y otra vez, un
augurio de O’Leary que en febrero de 2019 dijo que “Norwegian no sobrevivirá
como una aerolínea individual”. Quien no ha sobrevivido como CEO de Ryanair ha
sido el propio O’Leary, que ha sido apartado del puesto y promocionado a CEO
del grupo de aerolíneas filiales de Ryanair. Y todo tras las pérdidas de 20
millones de euros de Ryanair del último trimestre de 2018 frente a las
ganancias de 105 millones del año anterior. Antes de dejar su puesto O’Leary ha
vaticinado nuevas quiebras, fusiones y una reducción drástica de líneas aéreas.
(O’Leary: “En Europa solo quedarán IAG, Lufthansa, EasyJet, Ryanair y Air
France”)
Wow Air ha
suspendido operaciones tras fracasar las negociaciones que durante meses ha
mantenido con su rival Iceland Air y con el fondo Índigo. Wow Air, que ofrecía
vuelos a Madrid, Barcelona, Tenerife, Nueva York y Washington, transportó 3,5
millones de pasajeros el año pasado.
Todas las
compañías quebradas recientemente eran ‘low cost’, pero la Asociación de Líneas
Aéreas desmiente que el modelo esté en crisis. “La industria aérea es muy
competitiva para beneficio de los consumidores y solamente aquellas compañías
con un modelo de negocio robusto van a poder sobrevivir, pero
independientemente de si ese modelo de negocio es de ‘low cost’ o de aerolínea
tradicional”, asegura Javier Gándara,
director de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).
“Cualquier compañía puede empezar a hacer una
ruta y competir contigo; es una industria donde la supervivencia es difícil,
tenemos marcas icónicas como fue la Panam, la Twa, Swiss Air o Sabena que
estaban y que desaparecieron y en su día nadie pensaba que pudieran
desaparecer, concluye Gándara en una entrevista con preferente.com (La patronal
aérea niega que el modelo ‘low cost’ esté en crisis).
Wow Air es el
último nombre de la lista maldita de aerolíneas desaparecidas en la última
década. En agosto de 2017 Air Berlín se declaró insolvente con una deuda que
superaba los mil millones de euros. Air Berlín, que empleaba a más de 8.600
personas y operaba 140 aviones, se declaró en bancarrota después que su
principal accionista, Etihad Airways, retirase sus fondos tras años de pérdidas
(La caída de Air Berlín deja paso a la lucha Ryanair-Lufthansa).
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