Por Marie Vuilleumier
Norbert Valley ante la Fiscalía de Neuchâtel, durante una primera manifestación de apoyo al pastor el pasado mes de octubre. (© Keystone / Jean-christophe Bott) |
Proporcionar alimento, algo de dinero o una cama a un
migrante indocumentado es ilegal en Suiza. Cientos de personas son condenadas
cada año por violar la Ley de Extranjería. Comunidades religiosas, asociaciones
y políticos reclaman una adaptación legislativa para evitar esos “delitos de
solidaridad”.
El domingo 12 de febrero de 2017, el pastor Norbert
Valley oficia el culto de la Iglesia Evangélica del Arc Jurassien en Le Locle.
Sus colegas le señalan repentinamente la presencia de agentes de policía en la
entrada de la sala. Interrumpe la
celebración, camina a su encuentro y se entera de que debe seguirlos hasta la
estación para ser interrogado: Norbert Valley es sospechoso de haber violado la
Ley de Extranjería.
Artículo 116, apartado
la de la Ley de Extranjería
“Se castigará con
una pena de privación de libertad de un año o más o con una pena pecuniaria a
toda persona que: en Suiza o en el extranjero, facilite la entrada, salida o
estancia ilegal de un extranjero o participe en los preparativos para tal
efecto”.
Fin del recuadro
En agosto de 2018, el pastor recibe una multa condicional
de 1 000 francos y debe pagar 250 francos de costos judiciales. Su crimen:
ofrecer refugio a un miembro de la comunidad, un solicitante de asilo recién
rechazado y que se encontraba en una situación extremadamente precaria.
Norbert Valley presentó un recurso contra su condena y
este jueves (11.04) rindió declaraciones ante el Ministerio Público de
Neuchâtel. La dependencia informó que
emitirá una decisión en tres o cuatro semanas.
Una delegación de unas 85 personas, activistas de
Amnistía Internacional, miembros de la comunidad religiosa de Sant'Egidio y del
Grupo de San Francisco acudieron a manifestar su apoyo al pastor.
Valley se ha dicho dispuesto a llegar hasta a la Corte
Europea de Derechos Humanos.
En total, 785 condenas
La historia de Norbert Valley no es un caso aislado.
Desde la revisión de la Ley de Extranjería en 2008, ayudar a los inmigrantes
indocumentados es ilegal, incluso si las motivaciones son absolutamente
honorables. Diversos casos han sido dados a conocer: la política del Tesino
Lisa Bosia Mirra fue condenada en 2017 por ingresar a Suiza a menores no acompañados,
Anni Lanz, de Basilea, fue castigada el pasado mes de diciembre luego de traer
a Suiza, desde Italia, a un solicitante de asilo enfermo obligado a dormir en
la calle, y Flavie Bettex de Vaud, fue multada por albergar a un solicitante de
asilo que había sido rechazado con el acuerdo de las autoridades cantonales.
Esta última fue finalmente absuelta, y las otras presentaron recurso.
Sin embargo, la gran mayoría de los casos siguen en la
sombra. Según cifras de la Oficina Federal de Estadística, en 2017 fueron
condenadas 785 personas por facilitar la entrada, salida o estancia ilegal de
un extranjero. El número de condenas es especialmente elevado en los cantones
de Vaud (113), Tesino (91) y Basilea-Ciudad (85).
Es imposible saber si los autores de esas infracciones a
la Ley de Extranjería actuaron con fines lucrativos o humanitarios. Muy pocos
cuestionan su condena, ya que la mayoría teme posibles represalias o carece de
recursos. Los procedimientos judiciales son costosos, Norbert Valley ya ha
tenido que pagar varios miles de francos. Ha recibido apoyo financiero de otras
comunidades religiosas y de Amnistía Internacional.
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