Rafael Torres
El orgullo romanense
parece dar sus primeros pasos. Es que 100 años en la vida de un pueblo es como
si fuera un mes en la vida de una persona. Cuando nacía La Romana, otros
pueblos del Este hacía siglos existían, lo mismo que otros del Sur y el Cibao.
Fue durante las dos
primeras décadas del 1900 cuando llegó a estos lares la primera gran ola
migratoria atraída por el establecimiento del Central Romana. Es ese el punto
de partida de la historia de este pueblo nuestro, llamado con razón: "El pueblo
más joven y hoy convertido en la tercera ciudad en importancia del país".
Una sociedad que se forma
con inmigrantes de distintas latitudes, del país y de otras naciones, debe
esperar muchos años para que se defina y deje sentir el orgullo de
territorialidad, el orgullo natural de su Patria chica.
Un niño oye a sus padres hablar de su niñez, del ambiente en que creció, de quienes fueron sus abuelos, en fin, de su historia familiar. Los de mi generación oímos a nuestros padres hablar de otros lugares, en el caso mío, de Samaná y Miches. Otros de Higüey, o El Seíbo, o Azua, o de España o Puerto Rico. De Italia o de Arabia, de Saint Thomas o Saint Kits y hasta de la China.
Es decir, nació esta comunidad de un conglomerado que vivía aquí, pero su ombligo quedó enterrado en otro lugar. Los americanos hicieron su Club de la Costa, los cocolos hicieron su iglesia "la chorcha", ya existía la iglesia católica Santa Rosa, boricuas, cocolos y macorisanos fundaron la logia Amor y Trabajo, los cocolos fundaron su logia " Pearl of La Romana", la clase alta se reunía en el Club Recreativo Romana, luego los boricuas fundaron la Casa de Puerto Rico y la clase social más humilde se cobijó en las Sociedades de Ayuda y Socorro Mutuo.
Un niño oye a sus padres hablar de su niñez, del ambiente en que creció, de quienes fueron sus abuelos, en fin, de su historia familiar. Los de mi generación oímos a nuestros padres hablar de otros lugares, en el caso mío, de Samaná y Miches. Otros de Higüey, o El Seíbo, o Azua, o de España o Puerto Rico. De Italia o de Arabia, de Saint Thomas o Saint Kits y hasta de la China.
Es decir, nació esta comunidad de un conglomerado que vivía aquí, pero su ombligo quedó enterrado en otro lugar. Los americanos hicieron su Club de la Costa, los cocolos hicieron su iglesia "la chorcha", ya existía la iglesia católica Santa Rosa, boricuas, cocolos y macorisanos fundaron la logia Amor y Trabajo, los cocolos fundaron su logia " Pearl of La Romana", la clase alta se reunía en el Club Recreativo Romana, luego los boricuas fundaron la Casa de Puerto Rico y la clase social más humilde se cobijó en las Sociedades de Ayuda y Socorro Mutuo.
En esa diversidad de
agrupaciones surge en los años 50 el Centro Social Romanense, despectivamente
llamado " club de segunda", de manera que había clubes de primera y
de segunda, por lo que se desprende que las logias y sociedades mutualistas deberían
ser " de tercera". Era la mitad del siglo XX y La Romana tenía apenas
50 años de fundada. ( Continuará)
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