19 de febrero de 2016

El negocio de Miguel Vargas

RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
Un comentarista de televisión  afirmaba recientemente  que el señor  Miguel Vargas, liquidador del Partido Revolucionario Dominicano,   ha sido usado de condón. Con esta grosera  metáfora se  refería   a las burdas negociaciones  de Vargas con el presidente Danilo Medina para neutralizar al una vez glorioso PRD, puesto ahora al servicio de la peor causa.
Pensaba  que  no tocaría más el nombre de ese señor en mis artículos. Pero los penosos espectáculos  escenificados por “dirigentes” de la histórica organización me han llevado a mencionarlo. Duele ver la mendicidad mostrada por  ellos pidiendo a su dueño político que le den posiciones en la administración pública.
Unos lagrimearon tras la secretaría de la  Liga Municipal Dominicana  mientras otro provocaba la risa de los peledeístas cuando  reclamaba su derecho a ser candidato a la Alcandía de Santo Domingo Este, tras el asesinato de Juancito Sport, compadre del Presidente, sepultado como héroe nacional por el mérito  ganado en el impulso de los juegos de azar.
Estos pobres seguidores de Vargas  no aprovecharon la experiencia  sufrida  cuando pidieron   al PLD (Partido de la Liberación Dominicana) las alcaldías de San Cristóbal, Santo Domingo Norte y   Santiago de los Caballeros, ganadas por el PRD en los comicios de 2010. No cogieron la señal de con quién habían negociado o fingieron desconocer las garras del PLD.
Se ha dicho que  el PLD prometió  a Vargas   recursos financieros, empleos en el gobierno actual,  candidaturas a puestos electivos y más cargos en un posible gobierno de Medina, en el próximo cuatrienio. Algunos aseguran  que el PLD los puso a oler donde guisan. Otros creen que  esto ocurre con los de abajo, pues el señor Vargas ha degustado  buen bocado.
Vargas ha demostrado que  no le  interesa carrera política, pero sí la financiera. Podrá ser torpe para divulgar ideas,  tratar  personas u organizar acciones sociales, pero  es hábil para los negocios. Vender al enemigo lo que había sido un histórico instrumento de la democracia no es rentable políticamente, pero económicamente tiene que serlo.
El PRD va a servir para que se  incorporen a apoyar la reelección del presidente Medina algunos que andaban buscando cómo enganchar “donde pica el peje”.   Vargas los recibe con algarabía para curarse un poco de la soledad, y –lo más importante-  porque eso  incrementa  su cotización frente a ese a quien  sirve políticamente.
 Yerran quienes afirman que Vargas  ha sido burlado por Medina.  El mandatario sabe que éste  resultó pieza clave para aprobar la alteración de la Constitución que le ha permitido repostularse. Y eso cuesta dinero. Mal  están el PRD (ahora Partido Revolucionario Disminuido) y  los perredeístas no cercanos al presidente del grupo.  Vargas gana como quiera.

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