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4 de diciembre de 2014

Nina Cisneros: el encantador del pincel

Virginia Goris
Especial para LD
Creación. Manuel Nina Cisneros crea en sus obras 
un mundo mágico, maravilloso, seductor y placen- 
tero.
Santo Domingo.- Encantador y fascinador del pincel, la paleta y las técnicas depuradas que van desde el empastelado, esgrafiado, moteado, hasta la limpieza absoluta de la búsqueda perfeccionista de su mágica y gloriosa transparencia, en la que explora su dúctil manejo de los recursos anatómicos, donde la figuración humana le otorga la magnífica y placentera oportunidad de desplegar su increíble destreza dibujística complementada con su fantasiosa vertiente de narrador visual de cuentos, en los que, en su condición de Dios Morfeo de la figuración antillana, aborda con gracia sin parangón al hacerse dueño de sus vibrante mundo astronómico con derroches de lunas, astros, soles, estrellas, atravesados por barcos siderales, seres mitológicos, príncipes y princesas encantadas en paisajes de una vegetación magnetizada color esmeralda, que refuerzan el enigma, lo fantasmagórico, y donde la belleza visual resplandece y se entroniza ante el demoledor empuje de su inventiva, a veces inspirada en el mundo cabalístico de Remedios Varo. 
El mundo mágico, real maravilloso, seductor y placentero de Manuel Nina Cisneros, el zahorí de la figuración fantástica, es un hijo legítimo de República Dominicana, país de reconocida magicidad, es, sin duda, un acicate para nutrir la propuesta formal, cromática y compositiva del artista nativo, quien atrapa en cada pálpito de su propuesta visual el sumum de una formidable alegoría, pletórica de metáforas donde moran los duendes y gnomos, las cazadoras de estrellas, de centauros y unicornios, caballitos de mar, luciérnagas, viajeros intergalácticos, ciclistas atemporales, nubes protagónicas, globos mensajeros de paz, sillas, sembradoras, sembradores de quimeras, plantas, abejas luminosas, globos aerostáticos, hombre visionarios, perros, enardecidos, planetas y arboles misterios, tren de buen augurio, visitantes intrépidos de los cielos, surcados de horizontes, búhos vigilantes del misterio, toda una constelación de pájaros y perros intrépidos, y una luna curiosa y omnipresente que riela plateada por lugares ignotos, de barcos de nubes sosteniendo las fútiles ilusiones.  
Opinión

Finalizamos con las palabras certeras de la historiadora de arte Gabriela Farh-Becker,  cuando expresó una opinión que resulta premonitoria al analizar la obra de Nina Cisneros: “Sólo el tiempo tiene capacidad de legitimar una actitud que sea verdaderamente  fundacional en los dominios del arte”. 

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