El camino recorrido había sido largo y agotador para mi tío-abuelo Lano Disla, pero su despedida del escenario de la vida, angustiante. Hacía tres días que había entrado en una agonía para olvidar.
Los familiares se mantenían, como la escena de la canción de Charles Aznavour: "está muriendo la mamá", expectantes y en permanente vigilia. En su rostro se avizoraba los rasgos de la parca, su boca aspiraba y exhalaba aire de forma desesperada.
Es en esos momentos que Felix Disla, su hermano, entra al cuarto presuroso y le dice: "¡Lano, deja de hacer gárgaras y parate de esa cama, que los Disla mueren para'os!"
La Biblia dice: "Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida esta cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe." 2Timoteo 4:6,7
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