SANTO DOMINGO.- Eran las 8:00 de la noche del 3 de febrero de 1973, hace hoy 41 años, cuando el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó desembarcó, junto a nueve hombres, en la playa Caracoles, en el municipio Las Charcas, de la provincia Azua, unos 140 kilómetros al sur de la capital dominicana, para establecer un frente guerrillero contra el gobierno del entonces presidente Joaquín Balaguer. Cargaban al hombro sus fusiles automáticos y en las espaldas sus mochilas cargadas de sueños y granadas de mano.
La noticia se conoció públicamente unas horas después y varios miles de tropas del Ejército, La Marina Guerra, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional, se internaron por tierra y por aire en la Cordillera Central y las lomas de Ocoa en persecución de los guerrilleros, que fueron abatidos y otros apresados catorce días después. El líder Caamaño fue capturado a las 2:00 de la tarde del 17 de febrero y ejecutado a las 5:00 de la tarde. La Guerrilla de Caracoles la llamarían después “La Última Esperanza Armada del Siglo XX”.
El coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó había sido el líder del Movimiento Constitucionalista que propugnaba por el retorno de Juan Bosch a la Presidencia de la República y sacado del país por un golpe de Estado en 1963, y también el héroe que se había enfrentado con relativo éxito, junto a un grupo de oficiales y miles de hombres y mujeres del pueblo, contra el poderío militar más grande del mundo, cuando doce mil marines norteamericanos invadieron Santo Domingo el 28 de abril de 1965.
En este aniversario número 41 del Desembarco de Caracoles, la figura de Caamaño parece en medio de una gran controversia pública, porque el Congreso Nacional ha votado una ley para que sus restos mortales sean exaltados al Panteón Nacional, pero de los únicos dos sobrevivientes del frente guerrillero, su sobrino Claudio Caamaño Grullón dice que los restos existen y que él los rescató de las lomas de Nizaíto, mientras que el ingeniero Harlet Herman Pérez, responde que no, porque los huesos del Coronel de Abril los echaron al mar.
La controversia se ha hecho más aguda, porque el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, quien preside la Comisión de Exaltación de los restos de Caamaño al Panteón Nacional, sostiene que los restos que existen no son los verdaderos y que sería un acto ilegal llevarlos al Mausoleo de la Patria sabiendo que lo son, toda vez que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) certificó que las osamentas presentadas por Claudio Caamaño no se corresponden con el ADN ni el sexo masculino del mártir de Caracoles.
Ell Tribunal Superior Administrativo falló a favor de que sus restos sean llevados al mausoleo de los próceres dominicanos.
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