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19 de febrero de 2014

Efesios 6:14: “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad…”.

La primera pieza de la armadura de Dios que menciona Pablo es el cinto. En lo natural el cinto o cinturón tenía la función de mantener la armadura firme al cuerpo, además daba sentido de fuerza y confianza. En lo espiritual, se nos dice que para estar firmes en medio de la batalla, es necesario que nos ciñamos con el cinto de la verdad, haciendo referencia al “entendimiento” (1 Pedro 1:13).
Jesús nos dice en Juan 17:17: “la Palabra de Dios es verdad”. En otras palabras, no estaremos listos para la batalla hasta que nos hayamos “ceñido” el entendimiento o pensamiento con la verdad que encontramos en la Palabra de Dios. Ceñirme o ajustarme el cinto de la verdad me da seguridad y confianza en Dios para poder resistir todos los ataques de mentiras que vendrán sobre mi vida durante el día, recodemos que el enemigo es llamado en la Palabra “Padre de mentira”, por eso él abomina la trasparencia y la verdad, él ama la oscuridad y la mentira y cuando la luz llega él tiene que huir.
Hoy la sociedad nos vende las mentiras de todos los colores y  tamaños, justificadas por amor a otros o para hacer el bien o evitar el dolor a otros, por lo que muchos viven engañando y siendo engañados.
Esto hace que tengan vidas inseguras, pues como nos dice la Biblia, la verdad siempre saldrá a la luz en algún momento y todo quedará descubierto.

Señor,  te doy gracias porque Tú me revelas la verdad a través de preciosa Tu Palabra y esta verdad ha ido transformando mi vida poco a poco y me da seguridad. Mi vida ahora es otra al caminar a la luz de Tu Palabra, de la verdad que me enseñas día a día. Dame mi Dios la gracia para ceñirme cada día el cinto de la verdad y resistir todo ambiente oscuro de mentira que me rodee.

Gracias mi Jesús, Tú eres la Verdad y guías mi vida cada día. Amén.

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