El Papa de la normalidad y de la sencillez, pone en guardia a los fieles frente a la curiosidad por supuestas visiones y revelaciones de veracidad dudosa y que distraen del mensaje del Evangelio. En su homilía de la misa de las siete de la mañana, el Papa salió al paso de quien dice «pero yo conozco una vidente, una vidente que recibe cartas y mensajes de la Virgen».
Francisco advirtió con toda claridad que «la Virgen es Madre y nos ama a todos. Pero no es la jefa de la oficina de Correos, que envía mensajes todos los días».
El Papa dejó claro que «el espíritu de curiosidad es malo», y que «la búsqueda de esas novedades aleja del Evangelio, aleja del Espíritu Santo, aleja de la paz y la sabiduría, de la gloria de Dios y de la belleza de Dios».
El Santo Padre salía así al paso a la proliferación de supuestos mensajes, visiones y revelaciones que suelen tener un componente de ansiedad, de alerta ante tremendos peligros o de profecía de traiciones y catástrofes.
Con toda claridad el Papa dijo que «el espíritu de curiosidad no es un buen espíritu: es el espíritu de la dispersión, de alejarse de Dios, de hablar demasiado». En su respuesta a los fariseos, que le preguntaban por el momento del final de los tiempos, «Jesús nos dice una cosa importante, que este espíritu de curiosidad es mundano y nos lleva a la confusión».
En realidad, explicó el Papa, «el Reino de Dios está en medio de nosotros. No busquéis cosas extrañas, no busquéis novedades con esa curiosidad mundana. Dejemos que el Espíritu nos lleve adelante, con esa sabiduría que es una brisa suave. Ese es el Espíritu del que hablo Jesús».
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