19 de noviembre de 2013

El Bufón que se creía Rey

Miguel Rone
Por Miguel Rone

Muchos lectores conocedores de mis desavenencias con el Alcalde – Reo de La Romana, me preguntan el porqué de mi silencio ante tan sonado caso. No quería tomar parte en esto, pues a pesar de mis sentimientos contrarios al ex Alcalde, suspendido en sus funciones y hoy Reo de La Romana, aunque este en una ergástula de San Pedro de Macorís.

Cuando vimos las últimas fotos de este desdichado “Bufón” nos preguntábamos: ¿Hacia dónde corrió la sonrisa?   Sonrisa burlona que le caracteriza, con la cual se burlo de todo un pueblo que creyó: “En un quiero otro”, pero con su ironía de Bufón, estafo la confianza que depositaron en él.
Tony Adames

¿A donde se fue la Sonrisa?
Jamás pediría el Cadalso para Tony Adames, pues no soy de los que acostumbran hacer leña del árbol caído. Siempre hemos estado convencidos de que; “la muerte no exime de culpa”. Tony para mí, no ha sido mas que un “Bufón, que se creyó Rey intocable”, y esta es una aseveración que nos las enrostro su relacionador publico, quien nos dijera; “No te vamos a Pagar, Demándanos”.

Todo esto por mi petición en las redes sociales a que se cumpliera con los compromisos de deuda que tiene el Cabildo conmigo. “Demándanos”, fue la respuesta, ya que cientos de demandas contra el Alcalde no prosperaban. Desconociendo que; “la Justicia es ciega pero tiene los brazos Largos”.

El suspendido Alcalde de La Romana y Hoy; Alcalde Bufón - Reo de La Romana, está preso por sus errores cometidos en connivencia con sus asesores, que hoy andan lamentando el caso, sin ver que aquí hay víctimas inocentes; Madre, esposa e hijos y uno que otros amigos y familiares. Solo quien ha vivido esta situación, el estar apartado de sus seres queridos, conoce el sufrimiento que pasa un “Interno” en las mazmorras de un Centro Penitenciario y aquí viene bien el canto que dice: “Aunque la jaula sea de Oro, no deja de ser prisión”, el preso, preso está.


Tony Adames es una víctima de su profesión; comunicador embaucador de nimiedades, que la fama lo hizo creer un Dios, pues creyó en el canto de Sirena de sus asesores. Hoy no pasa de ser “El Bufón que se creyó ser Rey".

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