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25 de marzo de 2015

Literatura y realidad

RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
Rafael Peralta Romero
En la narrativa literaria  realidad y ficción se complementan. El escritor toma hechos reales para  componer cuentos y novelas, pero usa esa materia prima como convenga a su interés  como creador.   El narrador  adereza de fantasía los hechos reales, y por igual  dota de realismo  los episodios que ha inventado con fines artísticos.
Menos común que lo anterior es afirmar que  la obra narrativa  cuenta también  sucesos que  no han ocurrido, pero que  pueden ocurrir. Es decir, que el narrador tiene visiones anticipadas de los hechos y cuando éstos se producen ya circulan en forma de  texto literario. Comentaré el cuento  La desgracia, de Juan Bosch,   a propósito de un caso  reciente.
En San Juan de la Maguana, el agricultor Daniel Pérez  Caraballo estranguló  a su hija Darys Pérez Mora, de 20 años, porque la encontró  en pleno acto de adulterio. Para peor, lo hacía   con un hermano de su marido. Manuel Espinosa Rosario, corresponsal de El NACIONAL,  atribuye al victimario haber declarado que lo hizo por la honra de su familia. 
En la historia de Bosch  se cuenta que el  viejo Nicasio salió  disgustado con el aspecto de la mañana.  Temía  coger el camino a pie y que le cayera arriba el aguacero,  se botara el río y se llenara de lodo la vereda del conuco. Magina, su vecina, lo saludó  con que el día estaba raro. “Anoche sentí un perro llorando”, dijo.
Nicasio temía que lloviera y llovió. “Se desató el viento; comenzó a oscurecer,  como si atardeciera. En un momento el conuco parecía un río”. Se fue al rancho de Inés, su hija.  Y  cuando pasó por el aposento que daba al lado del patio sintió ruido y voces, palabras dichas en tono bajo. El marido  de Inés no estaba en casa.
La sospecha y el temor de Nicasio se aclararon de golpe, cuando  su nieto respondió que  su mamá estaba  mala y Ezequiel vino a curarla. De un golpe abrió la puerta y cuando vio lo que había exclamó: “¡Perra!  ¡En el catre de tu marío, perra!”  Le tentaba  - refiere Bosch- el deseo de levantar el machete y abrirle la cabeza. “¡Váyase antes que la mate! No quiero verla otra vé”.
Daniel Pérez justificó la muerte de su hija Darys  con estas palabras: “Lo hice, eso no puede pasar en mi propia casa, en mi familia. Yo soy  un hombre serio, por lo que  decidí matarla, eso me da mucha vergüenza”. Tiene el mismo concepto del honor que Nicasio,  con la diferencia de que el personaje de Bosch  mostró más fortaleza interior.

Al día siguiente, cuando su  vecina, observó que pese a sus augurios, nada malo había pasado, Nicasio dijo lo contrario, pues se dio cuenta de que hubo desgracia en la familia. Le dijo a Magina  que  Inés había muerto. La vieja parecía aturdida. Entonces Nicasio levantó la cara: “Vea Magina –dijo–, morirse no es desgracia. Hay cosas peores que morirse”.

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