Elkys Cruz
Santo
Domingo, LD.- En las edificaciones de República Dominicana es inusual observar
una cisterna en el techo, rasgo distintivo del edificio “El Huacal”,
oficialmente conocido como el Edificio de Oficinas Gubernamentales Juan Pablo
Duarte.
Este
imponente inmueble, ubicado en el Distrito Nacional, tiene 66 metros de altura
y 28,000 metros de terreno usado para la obra. Fue construido durante los
primeros 12 años de gobiernos de Joaquín Balaguer, formándose así parte de la
cultura e identidad dominicana.
Además, tiene
14 plantas en las que se alojan una serie de instituciones, incluyendo
ministerios y dependencias estatales, convirtiéndose en un centro de la
administración pública del país.
Así es como
abarca la Gobernación del Edificio, salón de eventos, auditorías, Ministerio de
Interior y Policía, Instituto Postal Dominicano (Imposdon), Centro de Acceso a
la Información (MAP), Dirección General de Presupuesto y Dirección General de
Programas Especiales de la Presidencia (Digepep).
También, el
Ministerio de Hacienda, Oficina Nacional de Estadística (ONE), Dirección
General de Minería y Minas, Dirección General de Ética e Integridad
Gubernamental y el Instituto Nacional de Administración Pública.
Pese a más de
medio siglo de este edificio de gobierno, Listín Diario estuvo allí en una
visita sorpresa para ser testigo del estado actual del inmueble y conocer el
depósito donde se almacenan 28,000 galones de agua en la azotea.
Visto esto,
surge de inmediato la pregunta de por qué construir una cisterna en el techo.
Tras
consultar al Gobernador Administrativo, Fernando Acosta, este funcionario
reveló que años atrás se trataba de un sistema que era utilizado con mucha
frecuencia en los hogares, debido a las facilidades que ofrecía.
“Es mejor
tener una cisterna que el agua te baje por gravedad que tú subir desde aquí
hasta el piso 14”, dijo Acosta, indicando que en estos tiempos los
profesionales han cambiado la forma de hacer las cosas.
A partir de
la entrada a El Huacal no se observaron signos de deterioro en sus estructuras.
Las paredes están pintadas, sin grietas y sin manchas de humedad. Mientras que
en las puertas, ventanas y el ascensor no se evidenció dificultad para abrir y
cerrar. Además, no hay enchufes expuestos en el sistema eléctrico.
En la última
planta del edificio se aloja el sistema de agua. Está permeabilizado y sin
acumulación de agua de lluvia. Allí hay, cuando menos, diez equipos de aire
acondicionado y cuatro tinacos.
A pesar de
que los desagües funcionan, sin obstrucciones ni malos olores, el administrador
del edificio indicó que se continúa trabajando en la reparación del drenaje.
Según datos
oficiales, el emblemático edificio recibe a diario al menos 7,000 visitantes,
una cantidad que incluye a los empleados por departamentos.
“Un edificio
con tanto tiempo, siempre hay pasivo que hay que tratar de mejorar; por eso
estamos trabajando con la plomería. El edificio es seguro”, subrayó.
El edificio
luce en estado óptimo de limpieza, lo que revela un mantenimiento adecuado.
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