Por Isabel Saco
EL NUEVO DIARIO, GINEBRA. – Estados Unidos y China
cerraron este domingo dos días de intensas negociaciones sobre aranceles, las
que han ido mucho más allá de las expectativas que se habían planteado
públicamente, ya que ambas partes afirmaron que las conversaciones fueron
«profundas» y los progresos «sustanciales».
Ni Pekín ni Washington ofrecieron de inmediato detalles
de lo resuelto y tampoco dieron cifras de las eventuales rebajas de aranceles
acordadas, pero indicaron que este lunes se conocerían esos pormenores.
Tras la arremetida proteccionista estadounidense con los
llamados «aranceles recíprocos» que afectaban a decenas de países, la batalla
comercial se centró en una confrontación directa entre EE.UU. y China, que al
día de hoy tienen aranceles cruzados de 145 % para los productos chinos (con
excepción de algunos productos electrónicos) y del 125 % para los
estadounidenses.
Tal nivel de derechos de aduana representa en la práctica
una suerte de embargo comercial.
Si bien los equipos negociadores expresaron gran cautela
antes de viajar a Ginebra, señalando que se trataba de una primera toma de
contacto para sentar las bases de negociaciones posteriores, el presidente
Donald Trump hizo subir las apuestas al asegurar que el primer día de reuniones
había ido «muy bien» y que se negociaba un «reinicio total» de las relaciones.
El primero en confirmar que las conversaciones habían
sido positivas fue el secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien habló de
«progreso sustancial» y enfatizó el espíritu de «cooperación, intereses
compartidos y respeto mutuo» que se respiró durante las reuniones.
Del lado chino, los comentarios llegaron unas horas
después a Ginebra y de boca del viceprimer ministro He Linfeng, quien habló de
contactos profundos y constructivos, y de un acuerdo para establecer un
mecanismo de consulta económico-comercial para solucionar temas que preocupan a
ambas partes.
Agregó que las relaciones económicas entre su país y
Estados Unidos, y los lazos comerciales, pueden ser mutuamente beneficiosos, y
dijo que hay voluntad de ampliar los ámbitos de cooperación.
El representante de Comercio estadounidense, Jamieson
Greer, quien colideraba la delegación estadounidense, sostuvo que se puede
confiar en que el acuerdo alcanzado con China ayudará a su país a resolver el
«masivo» déficit comercial, que el Gobierno de Trump ha cifrado en 1,2 billones
de dólares.
«Es importante entender lo rápido que hemos sido capaces
de llegar a acuerdos, lo que refleja que las diferencias quizás no eran tan
grandes como pensábamos», recalcó.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) reaccionó
señalando que estas discusiones representan «un significativo paso adelante».
«Este progreso es importante no sólo para Estados Unidos
y China, sino para todo el resto del mundo, incluidas las economías más
vulnerables», enfatizó.
«Pedimos a ambos países que aprovechen este impulso para
continuar desarrollando soluciones prácticas que reduzcan tensiones y restauren
la predictibilidad y confianza en el sistema multilateral de comercio», recalcó
la Organización.
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