AUTOR OMEGA ALFA
Miel
era una mujer alegre, ingenua y divertida, de caminares alegres y de seducción
intensa, desde chica siempre fue, una mujer definida e inteligente, a pesar de
su corta edad, en las fiestas del pueblo ella era las mas asediada por los
jóvenes, ella mostrando en sus ojos esa ingenuidad innata, era el deseo de
muchos, pero miel tenía otros planes, no deseaba conocer jóvenes inexpertos,
deseaba la madures de un hombre, fijación que ella tenía en mente, desde hacía
tiempo, amigos por el pueblo ella tenía, hasta que un buen día, llego a su
tierra un lugareño, se hospedo en el hotel cercano a centro, miel trabajaba
ayudando en la administración, sabia manejar la computadora y era buena para
los números, al ver llegar al hombre sus ojos negros brillaron, coqueta y
seductora le dirijo las mas amplia de sus sonrisas al hombre, el vio el fuego
de esa mujer joven, Alberto era un hombre con muchas vivencias, divorciado y de
un físico atractivo, dedicado de lleno a su trabajo de agente viajero, le
gustaba conocer lugares nuevos para promocionar en las agencias de viajes, miel
se encargó de llevarlo a su habitación, al subir las escaleras, no pudo evitar
admirar las piernas bronceadas de ella, coquetamente miel movía las caderas
para atraer toda la atención de ese hombre maduro, que la hacía tener
pensamientos eróticos, lo paso a su habitación, diciéndole que si necesitaba
algo no dudara en llamarla, él le dio las gracias y miel le dio un beso en su
mejilla.
A
la mañana siguiente Alberto se levantó temprano se ducho y bajo a la
administración, miel estaba ahí con un vestido amarillo, corto, un escote
pronunciado y oliendo a rosas, el no pudo evitar ver ese cuerpo moreno deseoso
de ser poseído, miel lo saludo sonriente, él le pregunto si quedaba lejos el
palacio de gobierno porque deseaba hacer una cita con el presidente municipal,
en relación a la promoción de su pueblo, miel le dijo que si no le incomodaba
ella lo llevaría ahí con él, al fin el pueblo era chico y todos se conocían,
acepto pues Alberto la propuesta de miel de tomarla como guía de turistas,
antes de eso ella lo llevo a desayunar opíparamente, diese cuenta el de la
popularidad de miel entre los hombres del pueblo, ante lo cual lo tomo con naturalidad,
mas ella, solo tenía ojos para ese hombre maduro, después de hacer los acuerdos
con el presidente municipal, Alberto llego mas tarde al hotel, miel estaba
viendo la tele ahí en la administración del hotel, al verlo salió rápido a su
encuentro, él le dijo que estaba cansado y que se iría a dormir a su cuarto
temprano, ella vio ahí una oportunidad para abordarlo, diciéndole que si no le
incomodaba que le llevara algo de cenar, el acepto el detalle encargándole una
cerveza, enchiladas y pan, al terminar de bañarse y ponerse cómodo, tocaron a
su puerta, era miel llevándole su encargo, la melosidad de la muchacha le caía
en gracia a Alberto, así que el cenó acompañado de ella, platicaron de muchas
cosas, finalmente le dijo que ya era tarde y quería descansar, miel aprovecho
ese momento para decirle si le daba un masaje a su espalda, él se quedó
sorprendido, pero ella se acercó a él y sin mas lo beso, se envolvieron en un
beso seductor, de ahí siguieron a desnudarse y entregarse al placer, era un
espectáculo verla a ella, desnuda, su piel morena era engullida por Alberto, miel
estaba en las estrellas, sus gemidos eran gritos de placer apagados, por cada
orgasmo, no hubo parte corporal que no se besaran, la madurez de él había
producido en la muchacha esa fantasía cumplida, finalmente pasadas de las 3 am
miel se salió de su habitación no sin antes darle el beso de despedida.
A
la mañana siguiente Alberto se levantó, vistió y bajo a la administración a ver
a miel, pero no estaba, le dijo el dueño del hotel que igual y estaba en la
plaza con sus amigas, rápido fue allá, encontrándola a ella muy divertida, con
unos amigos de lugar, el mostró cierto enojo por verla así, mas miel, mostrando
una madurez y frialdad le sonrió, se acercó a él, presentándole a sus amigos,
el secamente los saludo, al tiempo que la llamaba , ella le dijo que no tenía por
qué ponerse celoso porque así era muy amiguera, esa noche ella lo vería otra
vez, se calmó al oír las palabras de miel, pero verla así vacilar y que sus
amigos la abrazaran le pareció mal, mas tarde, miel lo fue a buscar a su
habitación, Alberto estaba semidormido cuando sintió los besos de ella en sus
labios, en la acostó encima suyo y empezó a besarla, ella se entregó a el
nuevamente, loco de placer y pasión beso sus intimidades, que para ese momento
eran mares de erotismo femenino, la juventud de ella y su madurez sexual
excitaban a Alberto, esos ojos negros de la muchacha, motivando su virilidad
masculina, lo hacían estar en el cielo mientras, miel reía maliciosa, no cabía
duda, Alberto se estaba obsesionado por ella, ya en la mañana, salió temprano
para el zócalo, se quedaría una noche mas y deseaba seguir viendo a miel a
costa de lo que fuera, el dueño del hotel que veía toda la acción, le dijo que
no tomara tan en serio a la muchacha, que mejor la olvidara, porque miel era
una mujer muy inestable, así como lo enamoro a el así también a él le paso, Alberto
se quedó atónito, pero el consejo del dueño del hotel tenía mucha razón de ser,
al ir al zócalo vio la misma escena ella con sus amigos riendo y bromeando, el
comprendió lo que le dijo el dueño del hotel, si miel era una mujer que
embrujaba, mas esa inestabilidad de ella, o ese juego de una muchacha inmadura
solo le acarrearía problemas graves, así que esa última noche que se quedó en
el hotel y miel entro después, él le dijo que se saliera, porque una relación
así no era lo que él deseaba, él quería a miel y no deseaba compartirla, ella
le dijo que solo había estado con él, mas su amigos era una amistad de años y
que no mal viera las cosas, pero pensó que si así lo hacía sin importarle, que sería
después si vivía con ella, nunca estaría en casa por andar viendo a sus amigos
y ahí habría muchas discrepancias por la diferencia de edades, finalmente él se
fue del lugar, llevándose ese recuerdo de aquella enigmática chica, que si solo
hubiera centrado su vida y su corazón en él, otra cosa seria para ambos, de esa
mujer joven del pueblo llamada miel.
DERECHOS
RESERVADOS DEL AUTOR OMEGA ALFA
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