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6 de noviembre de 2014

LA MUJER JOVEN DEL PUEBLO Y EL HOMBRE MADURO CITADINO

AUTOR OMEGA ALFA

Miel era una mujer alegre, ingenua y divertida, de caminares alegres y de seducción intensa, desde chica siempre fue, una mujer definida e inteligente, a pesar de su corta edad, en las fiestas del pueblo ella era las mas asediada por los jóvenes, ella mostrando en sus ojos esa ingenuidad innata, era el deseo de muchos, pero miel tenía otros planes, no deseaba conocer jóvenes inexpertos, deseaba la madures de un hombre, fijación que ella tenía en mente, desde hacía tiempo, amigos por el pueblo ella tenía, hasta que un buen día, llego a su tierra un lugareño, se hospedo en el hotel cercano a centro, miel trabajaba ayudando en la administración, sabia manejar la computadora y era buena para los números, al ver llegar al hombre sus ojos negros brillaron, coqueta y seductora le dirijo las mas amplia de sus sonrisas al hombre, el vio el fuego de esa mujer joven, Alberto era un hombre con muchas vivencias, divorciado y de un físico atractivo, dedicado de lleno a su trabajo de agente viajero, le gustaba conocer lugares nuevos para promocionar en las agencias de viajes, miel se encargó de llevarlo a su habitación, al subir las escaleras, no pudo evitar admirar las piernas bronceadas de ella, coquetamente miel movía las caderas para atraer toda la atención de ese hombre maduro, que la hacía tener pensamientos eróticos, lo paso a su habitación, diciéndole que si necesitaba algo no dudara en llamarla, él le dio las gracias y miel le dio un beso en su mejilla.

A la mañana siguiente Alberto se levantó temprano se ducho y bajo a la administración, miel estaba ahí con un vestido amarillo, corto, un escote pronunciado y oliendo a rosas, el no pudo evitar ver ese cuerpo moreno deseoso de ser poseído, miel lo saludo sonriente, él le pregunto si quedaba lejos el palacio de gobierno porque deseaba hacer una cita con el presidente municipal, en relación a la promoción de su pueblo, miel le dijo que si no le incomodaba ella lo llevaría ahí con él, al fin el pueblo era chico y todos se conocían, acepto pues Alberto la propuesta de miel de tomarla como guía de turistas, antes de eso ella lo llevo a desayunar opíparamente, diese cuenta el de la popularidad de miel entre los hombres del pueblo, ante lo cual lo tomo con naturalidad, mas ella, solo tenía ojos para ese hombre maduro, después de hacer los acuerdos con el presidente municipal, Alberto llego mas tarde al hotel, miel estaba viendo la tele ahí en la administración del hotel, al verlo salió rápido a su encuentro, él le dijo que estaba cansado y que se iría a dormir a su cuarto temprano, ella vio ahí una oportunidad para abordarlo, diciéndole que si no le incomodaba que le llevara algo de cenar, el acepto el detalle encargándole una cerveza, enchiladas y pan, al terminar de bañarse y ponerse cómodo, tocaron a su puerta, era miel llevándole su encargo, la melosidad de la muchacha le caía en gracia a Alberto, así que el cenó acompañado de ella, platicaron de muchas cosas, finalmente le dijo que ya era tarde y quería descansar, miel aprovecho ese momento para decirle si le daba un masaje a su espalda, él se quedó sorprendido, pero ella se acercó a él y sin mas lo beso, se envolvieron en un beso seductor, de ahí siguieron a desnudarse y entregarse al placer, era un espectáculo verla a ella, desnuda, su piel morena era engullida por Alberto, miel estaba en las estrellas, sus gemidos eran gritos de placer apagados, por cada orgasmo, no hubo parte corporal que no se besaran, la madurez de él había producido en la muchacha esa fantasía cumplida, finalmente pasadas de las 3 am miel se salió de su habitación no sin antes darle el beso de despedida.
A la mañana siguiente Alberto se levantó, vistió y bajo a la administración a ver a miel, pero no estaba, le dijo el dueño del hotel que igual y estaba en la plaza con sus amigas, rápido fue allá, encontrándola a ella muy divertida, con unos amigos de lugar, el mostró cierto enojo por verla así, mas miel, mostrando una madurez y frialdad le sonrió, se acercó a él, presentándole a sus amigos, el secamente los saludo, al tiempo que la llamaba , ella le dijo que no tenía por qué ponerse celoso porque así era muy amiguera, esa noche ella lo vería otra vez, se calmó al oír las palabras de miel, pero verla así vacilar y que sus amigos la abrazaran le pareció mal, mas tarde, miel lo fue a buscar a su habitación, Alberto estaba semidormido cuando sintió los besos de ella en sus labios, en la acostó encima suyo y empezó a besarla, ella se entregó a el nuevamente, loco de placer y pasión beso sus intimidades, que para ese momento eran mares de erotismo femenino, la juventud de ella y su madurez sexual excitaban a Alberto, esos ojos negros de la muchacha, motivando su virilidad masculina, lo hacían estar en el cielo mientras, miel reía maliciosa, no cabía duda, Alberto se estaba obsesionado por ella, ya en la mañana, salió temprano para el zócalo, se quedaría una noche mas y deseaba seguir viendo a miel a costa de lo que fuera, el dueño del hotel que veía toda la acción, le dijo que no tomara tan en serio a la muchacha, que mejor la olvidara, porque miel era una mujer muy inestable, así como lo enamoro a el así también a él le paso, Alberto se quedó atónito, pero el consejo del dueño del hotel tenía mucha razón de ser, al ir al zócalo vio la misma escena ella con sus amigos riendo y bromeando, el comprendió lo que le dijo el dueño del hotel, si miel era una mujer que embrujaba, mas esa inestabilidad de ella, o ese juego de una muchacha inmadura solo le acarrearía problemas graves, así que esa última noche que se quedó en el hotel y miel entro después, él le dijo que se saliera, porque una relación así no era lo que él deseaba, él quería a miel y no deseaba compartirla, ella le dijo que solo había estado con él, mas su amigos era una amistad de años y que no mal viera las cosas, pero pensó que si así lo hacía sin importarle, que sería después si vivía con ella, nunca estaría en casa por andar viendo a sus amigos y ahí habría muchas discrepancias por la diferencia de edades, finalmente él se fue del lugar, llevándose ese recuerdo de aquella enigmática chica, que si solo hubiera centrado su vida y su corazón en él, otra cosa seria para ambos, de esa mujer joven del pueblo llamada miel.

DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR OMEGA ALFA

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