El
planteamiento lo hizo el abogado experto en temas turísticos, Enrique de
Marchena Kaluche, quien habló sobre el tema en la Foro Dominicano de Turismo
celebrado en Santo Domingo y en la Conferencia de Inversión Turística del
Caribe que tuvo lugar en Punta Cana. El expositor ha sido presidente de la
Asociación de Hoteles y Turismo del Caribe y de la Asociación de Hoteles y Turismo
de la República Dominicana (ASONAHORES).
Ley de incentivos
“Tenemos una legislación de incentivos que
cubre los aspectos principales y es un instrumento para captar inversión local
y extranjera para expandir la ampliación de la oferta hotelera y turística, la
llamada oferta complementaria”, dijo en sus conclusiones.
Elogió
la decisión del Presidente Danilo Medina de promover una renovación de la ley
de incentivos turísticos que incluye a todo el territorio nacional en sus
beneficios y amplia de 10 a 15 años el
período de exenciones fiscales, con lo que iguala la oferta del país a la de
sus competidores del Caribe.
De
Marchena recordó que el último cálculo oficial del llamado sacrificio fiscal
para promover la inversión turística fue de unos dos mil millones de pesos,
pero a cambio el sector trajo ingresos en divisas al país equivalentes a unos
20 mil millones de pesos y de manera directa e indirecta produjo alrededor del
13 por ciento de los ingresos del fisco. “Cada peso otorgado al sector turismo
en incentivos e inversión en infraestructuras” está más que justificado,
afirmó.
Los
nuevos instrumentos legales, dijo, deben “servir para propiciar y fomentar una
nueva oleada de inversiones turísticas en todo el país”, y para “renovar la
añeja planta hotelera de Puerto Plata” cuyos empresarios entiendes que fueron
perjudicados al ser excluidos de la ley de incentivos vigente hasta el 2013 en
que fue reformulada por presidente Medina.
Creatividad
De
Marchena en sus conclusiones recomendó “abordar con creatividad” la creación de
“nuevas herramientas y estrategias, incluyendo financiamiento, para fortalecer
la pequeña y mediana empresa turística, hotelera y de oferta complementaria”
Igualmente
llamó la atención sobre la necesidad de mantener el ritmo de actualización de
las normativas legales para actividades turísticas de gran potencial que llevan
países como México, y citó el caso del producto turístico que se conoce como
“tiempo compartido”, cuyo desarrollo además puede fortalecer las inversiones locales.
En este tipo de ofertas se pueden atraer pequeñas inversiones de personas o
empresas que adquieren como propiedad colectiva un apartamento hotelero o se
inscriben en clubes para pagar por adelantado a precios muy atractivos sus
vacaciones durante un largo período de tiempo.
Explicó
que nuestras normas para el turismo de
“tiempo compartido” y productos similares son obsoletas, por lo que urge
“abordar con sentido crítico y de actualización” las bases de otros aspectos
importantes para la ampliación de la oferta como el “tiempo compartido y sus
derivaciones”, sugirió.
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