MADRID.- En sus 30 años de trayectoria musical, a Juan Luis Guerra le ha llovido algo más que café: 30 millones de discos vendidos, premios (quince Grammys Latinos y dos Grammys) y el reconocimiento unánime, pero él no deja de mirar al cielo, "a las cosas que vienen", por si se le permite seguir cumpliendo metas.
"Me gustaría hacer una bachata con Paul McCartney", aseguró hoy a Efe el genial músico dominicano, que se declara "un admirador de los Beatles" a su paso por Madrid para promocionar "Todo tiene su momento" (Universal Music), el decimotercer disco de estudio de su carrera.
Dice de hecho que en el single de presentación de este trabajo, "Tus besos", un éxito las listas en español de EE.UU. que toma clara inspiración de los conjuntos vocales doo-wop de los 50, "el movimiento del bajo es como el de McCartney en los 60".
"Es una mezcla de Rickenbacker con bongós", afirma con humor, en alusión a la guitarra de 12 cuerdas que empleó para grabar este tema a lo Four Seasons, cuyo videoclip ha sido dirigido por su hijo Jean Gabriel.
"Ser dirigido por tu hijo siempre toma tiempo entenderlo. Queríamos una producción con reminiscencias de las cafeterías de los años 50.
Lo hicimos en Santo Domingo y pasamos un buen tiempo, aun cuando lo filmamos tarde en la noche y yo acostumbro a dormirme a las 9 o 10", relata Guerra, de 58 años.
"Todo tiene su momento" toma su título de una canción del mismo nombre que versa sobre "la desilusión amorosa" de un amigo y encuentra en la instrumentación una de las principales novedades y diferencias con dos exitosos discos previos con los que comparte su esencia "alegre y bailable", "Ojalá que llueva café" (1990) y "Bachata rosa" (1991).
En busca de "la innovación", esta vez incorpora instrumentos clásicos como la trompa, clarinetes y cuartetos de cuerda, adaptados a la música popular dominicana: la bachata, el merengue y el son.
También el hablar cotidiano de su tierra juega un papel importante, por ejemplo en el primer corte, "Cookies & cream", un tema de corte social en el que el autor de "El Niágara en bicicleta" o "Tranquilo, Bobby, tranquilo" declara que "el horno no está pa galleticas".
"No he desechado juntar música y política, sino que he tomado la iniciativa de hacerlo más bajo el humor dominicano", precisa Guerra, que causó cierta polémica atacando el sistema capitalista y las condiciones de vida en América Latina en su álbum "Areito" (1992).
Su nuevo disco, en el que hay canciones dedicadas a su esposa, a Nueva York y a Colombia, llega después de "Colección cristiana" (2012), el segundo de corte religioso.
"Mi música es un don", afirma el músico, "y su finalidad es darle la gloria a Dios", dice, haciéndose eco de unas conocidas palabras de Juan Sebastián Bach.
Aunque "Todo tiene su momento" no sea un trabajo conceptual ni propiamente religioso como aquel, es imposible desligar toda esa espiritualidad de su música y afirma que "muchas de las nuevas canciones están inspiradas en la palabra de Dios, aunque sean canciones amorosas, sociales o hablen de una desilusión".
Anuncia que en verano habrá gira por España basada en esas nuevas composiciones, pero sin olvidar "las canciones que todo el mundo quiere oír", clásicos como "La bilirrubina" o "Burbujas de amor".
Quizás después pueda cumplir algunos de sus sueños profesionales pendientes, como hacer "un trabajo clásico, sinfónico, música para películas" y ese comentado dueto con McCartney. "Ringo va este mes para Santo Domingo, así que está cerca", bromea.
"Me gustaría hacer una bachata con Paul McCartney", aseguró hoy a Efe el genial músico dominicano, que se declara "un admirador de los Beatles" a su paso por Madrid para promocionar "Todo tiene su momento" (Universal Music), el decimotercer disco de estudio de su carrera.
Dice de hecho que en el single de presentación de este trabajo, "Tus besos", un éxito las listas en español de EE.UU. que toma clara inspiración de los conjuntos vocales doo-wop de los 50, "el movimiento del bajo es como el de McCartney en los 60".
"Es una mezcla de Rickenbacker con bongós", afirma con humor, en alusión a la guitarra de 12 cuerdas que empleó para grabar este tema a lo Four Seasons, cuyo videoclip ha sido dirigido por su hijo Jean Gabriel.
"Ser dirigido por tu hijo siempre toma tiempo entenderlo. Queríamos una producción con reminiscencias de las cafeterías de los años 50.
Lo hicimos en Santo Domingo y pasamos un buen tiempo, aun cuando lo filmamos tarde en la noche y yo acostumbro a dormirme a las 9 o 10", relata Guerra, de 58 años.
"Todo tiene su momento" toma su título de una canción del mismo nombre que versa sobre "la desilusión amorosa" de un amigo y encuentra en la instrumentación una de las principales novedades y diferencias con dos exitosos discos previos con los que comparte su esencia "alegre y bailable", "Ojalá que llueva café" (1990) y "Bachata rosa" (1991).
En busca de "la innovación", esta vez incorpora instrumentos clásicos como la trompa, clarinetes y cuartetos de cuerda, adaptados a la música popular dominicana: la bachata, el merengue y el son.
También el hablar cotidiano de su tierra juega un papel importante, por ejemplo en el primer corte, "Cookies & cream", un tema de corte social en el que el autor de "El Niágara en bicicleta" o "Tranquilo, Bobby, tranquilo" declara que "el horno no está pa galleticas".
"No he desechado juntar música y política, sino que he tomado la iniciativa de hacerlo más bajo el humor dominicano", precisa Guerra, que causó cierta polémica atacando el sistema capitalista y las condiciones de vida en América Latina en su álbum "Areito" (1992).
Su nuevo disco, en el que hay canciones dedicadas a su esposa, a Nueva York y a Colombia, llega después de "Colección cristiana" (2012), el segundo de corte religioso.
"Mi música es un don", afirma el músico, "y su finalidad es darle la gloria a Dios", dice, haciéndose eco de unas conocidas palabras de Juan Sebastián Bach.
Aunque "Todo tiene su momento" no sea un trabajo conceptual ni propiamente religioso como aquel, es imposible desligar toda esa espiritualidad de su música y afirma que "muchas de las nuevas canciones están inspiradas en la palabra de Dios, aunque sean canciones amorosas, sociales o hablen de una desilusión".
Anuncia que en verano habrá gira por España basada en esas nuevas composiciones, pero sin olvidar "las canciones que todo el mundo quiere oír", clásicos como "La bilirrubina" o "Burbujas de amor".
Quizás después pueda cumplir algunos de sus sueños profesionales pendientes, como hacer "un trabajo clásico, sinfónico, música para películas" y ese comentado dueto con McCartney. "Ringo va este mes para Santo Domingo, así que está cerca", bromea.
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