Colaboración Roger
Zayas
Me
atrevería a asegurar que si a alguien este pueblo le debe algo, con seguridad
es a Cuquín.
En los últimos 40 años este buen hombre nos ha llenado de alegrías y carcajadas con sólo mirarlo a la cara.
Lo he admirado mi vida entera. Primero por su capacidad para hacer reir a los demás con tan poco esfuerzo. "No hay negocio más serio que ser comediante", y más en nuestro país donde no hay muchas razones para sonreir. Sin embargo este rey de la comedia se ha encargado de hacernos olvidar los problemas con sólo esbozar una sonrisa. Su cara se encarga de aliviarnos.
Segundo, porque tuve el privilegio de trabajar con él en mi
adolescencia haciendo coros en los shows que producía Milton Peláez donde
participaba junto a otros "sagrados" como Cecilia García y Felipe
Polanco, "Boruga" y poder palpar desde cerca la capacidad tan grande
que tiene de improvisar y hacerlo ver ensayado.
Cómo olvidar "La Esquina Caliente", cuando Freddy
Beras entrevistaba a personajes de la calle sobre la situación del país y desde
antes que entrara Cuquín ya Freddy estaba mudo de la risa, hasta el punto de
que le pusieron un banco para que pudiera sentarse!
Una escuela de humor de por sí, ha zanjado la diferencia por ser
una persona conocedora, culta y preparada.
A través de los años me ha honrado con su amistad y lo tengo en un lugar muy especial dentro de mis grandes seres humanos.
Cuquín también es ingeniero y aunque nunca vivió de ello sí
llegó a ejercerlo. Me imagino que una obra diseñada por este genio debe ser la
más divertida de todas...
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