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10 de octubre de 2014

Visión hipolitista de la Constitución

RAFAEL PERALTA ROMERO

Rafael Peralta Romero
Las declaraciones que ha ofrecido a la prensa,  de dos semanas hacia acá, el señor Ramón Ventura Camejo, titular del Ministerio de Administración Pública y miembro del Comité Político del PLD (Partido de la Liberación Dominicana), me han hecho presumir  que va muy en serio el plan de repostulación del presidente Danilo Medina.

Llama la atención la compostura con la que Ventura Camejo ha hecho sus planteamientos. Considera impostergable el debate de una reforma constitucional para permitir un segundo período presidencial consecutivo. Aunque llama  su propuesta “sistema norteamericano”, admite que el   espíritu de  la misma está en  el artículo 49 de la Constitución de 2002.

Es cierto, la referida disposición  expresa: “El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la República, quien será elegido cada cuatro años por votos directos y podrá optar por un segundo y único mandato constitucional consecutivo, no pudiendo postularse jamás al mismo cargo, ni a la vicepresidencia de la República”.

Ventura Camejo no se expresa como  un fogoso danilista. Y sus argumentos lucen convincentes.  Considera un desacierto, en la reforma de 2010, modificar el contenido del artículo 49.  Lo espinoso de su propuesta viene dado en  que debe ser “en este momento que procedamos a corregir un desatino de la Constitución del 2010”.

Hay que recordar que   Iniciando su  tercer mandato,  en 2008, el entonces presidente Leonel Fernández  afincó  públicamente su  intención de reformar la Constitución, para lo cual  había  dado algunos pasos preparatorios.  A  un mes de juramentarse  como Presidente,   depositó en  el Congreso Nacional su propuesta de reforma a la Carta Magna.

En la ocasión, el gobernante adelantó su presunción de que el proyecto  entregado al Senado traería controversia. La predicción  se basaba sobre todo porque se estaba  introduciendo  otra modificación  en lo relativo a la reelección presidencial, el punto más llevado y traído  en la historia de las reformas a  Ley Fundamental dominicana.

Ya el presidente Fernández tenía asegurada una reelección y gobernaba la nación por tercera vez, pero el texto aprobado en la reforma de 2002   colocaba  al mandatario una piedrita en el zapato: le impedía de por vida presentarse a la candidatura presidencial. Este  punto constituía el interés personal  de la reforma que promovía Fernández.

Meses antes había  expresado a medios de comunicación que  el “jamás” (“…no pudiendo postularse jamás al mismo  cargo…”) que aparecía en el artículo 49 del texto vigente en ese momento, representaba la “visión hipolitista” de la Constitución, al mismo tiempo llamaba a definir cuál modelo de reelección  se habría de establecer en la República Dominicana.


El modelo  2002 ahora favorecería  al presidente Medina. Si Fernández fuera electo presidente en 2016, acogería, como lo hizo en 2008 la “visión hipolitista”. Mientras tanto, Ventura Camejo lo llamará   modelo norteamericano  y lo considera el más democrático. Una vez más,  asuntos coyunturales  inducen a reformar la Constitución. 

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