Julio Florentino Durán
Vavus, los domingos parecen iguales, pero no lo son sin ti. Tus chistes, tus ocurrencias, la preocupación por tus hijos por tu mamá, si hubiese estado viva, se muere, cuando se enterara, que esos... acabaron contigo de esa manera. Vavus te recordabas de tantas cosas a la perfección, que te llamábamos para referencias y reírnos de chistes y nombres, que nadie, solo tú le sacabas chispa. Quien va a pronunciar los apodos con que nos llamabas a cada uno.
Vavus, los domingos parecen iguales, pero no lo son sin ti. Tus chistes, tus ocurrencias, la preocupación por tus hijos por tu mamá, si hubiese estado viva, se muere, cuando se enterara, que esos... acabaron contigo de esa manera. Vavus te recordabas de tantas cosas a la perfección, que te llamábamos para referencias y reírnos de chistes y nombres, que nadie, solo tú le sacabas chispa. Quien va a pronunciar los apodos con que nos llamabas a cada uno.
La excelente memoria
y el amor por El Seíbo. Pudiste vivir en cualquier lugar, pero quisiste tu
pueblo como el que más. Cuando llegabas del colegio Calasanz, siendo
adolescente, te lanzabas a gritar a Isabel, tu abuela de la que aprendiste
mucho y por eso ella te llamaba "Trasnoche”.
No las dejabas
dormir, los fines de semana, pero ella lo disfrutaba. Vavus recuerdo tus
compañeros Bergés y Cerón del colegio, con quienes disfrutaba las travesuras y
hablabas del padre Bello; la risa larga de Luis Aybar "El Ovejo", con
quien más cosas en común tuviste en esta vida y que no le faltó tu apellido
para ser tu mejor hermano.
Vavus, quien
aguantaría a Fuche en un momento como este. Como gozabas de Cristobita y del
Pinto. De Santo Reyna, de Mela'o, de Chevecha y de Chicho El Loco. Te sabias las
mejores ocurrencias de Mela'o, de José Tavares y de Manguita.
Te gustaba desfilar
en la procesión con la Cruz bajo palio cada 3 de Mayo y no te perdías unas
patronales. Fuiste celoso y aleccionador con Pedro Rafael, como si presintieras
que te quedaba poco tiempo, para enseñarle de la vida; eras vigilante con Pedro
Leandro, quien le falta mucho por aprender, por eso lo tenías cerca, cuando
partiste, para que te aprovechara el último suspiro.
Caramba!, recuerdo a
Doña Mariana la palabra que más pronunció en toda su vida, fue Rafaelito, lo hacía
con todas las ganas, de hecho cada vez que te hablabas era dándote un consejo.
Tu abuela Sesión, las anécdotas de Félix W. Bernardino con tu abuelo Juan
Antonio, te las sabias todas....
Vavus, y los
paticos... Alberto y Armando Rivera se volvían locos cuando junto con Robert
Chuam, te veían, una sola risas y gritos. Pasaste tanto tiempo con Masaki, que
te imitaba a la perfección… ¡esos peeerros! ¿Y la Chemba? te vivía... ¡Rafaelito
es un caso!
Como hablabas con
admiración de tu hermano Pedrito y cuanta identificación con Rosanna, como si
depositaras en ella la confianza de todos los tuyos que se fueron antes. Vavus,
Has un favor! Como te gustaba decir... ¿Todo esto es verdad? porque a partir de
ese domingo, nada ha sido igual. (FD)
No hay comentarios:
Publicar un comentario