Miguel Rone
Santiago Y la Barca (Prologo)
El título
"La Baica" de la obra de Miguel Rone tiene un significado profundo y
simbólico. La palabra "baica" es una deformación o variante del
término "balsa" o "barca", que representa un medio de
transporte rudimentario y frágil. En el contexto de la novela, la
"baica" simboliza el viaje de vida de Juan Barrientos y los desafíos
que debe enfrentar a lo largo de su travesía.
Doña Marta
es la madre de Juan y su mayor fuente de amor y apoyo. A pesar de las difíciles
circunstancias en las que viven, ella siempre trata de brindar a Juan un
ambiente de cariño y seguridad. Su amor incondicional es un faro de esperanza
para Juan, incluso en los momentos más oscuros.
Doña Marta
no solo es una figura maternal, sino también una fuente de inspiración para
Juan. Su capacidad para encontrar esperanza en las situaciones más difíciles y
su inquebrantable fe en un futuro mejor inspiran a Juan a seguir adelante y
luchar por sus sueños.
La
relación de Doña Marta con Juan contrasta fuertemente con la de Don Carlos, el
padre de Juan. Mientras Don Carlos es negligente y abusivo, Doña Marta
representa el lado positivo y cariñoso de la familia. Este contraste resalta
aún más el impacto que tiene el apoyo maternal en la vida de Juan.
Doña Marta
a menudo hace grandes sacrificios por el bienestar de Juan. Su disposición para
poner las necesidades de su hijo por encima de las suyas propias demuestra su
profundo sentido del deber y el amor maternal. Estos sacrificios son esenciales
para la supervivencia y el desarrollo de Juan.
La vida de
Doña Marta está marcada por la lucha constante contra la pobreza y la
adversidad. A pesar de estos desafíos, nunca se rinde y siempre busca maneras
de mejorar la vida de su hijo. Su fortaleza y determinación son un ejemplo de
resiliencia y perseverancia. Doña Marta es un personaje central en "La
Baica de Juan Barrientos".
Desarrollo
En esta
romántica ciudad de Santiago, al final de la calle José Trujillo Valdez (hoy
Restauración) nos encontramos con la hoya del rio Yaque del Norte, donde sus
cristalina aguas saltan los fuertes bloques de concreto de un metro cubico de
diámetro, como si fueran dados gigantes, cientos de ellos colocados de lado a
lado del rio, creando la chorrera que represa el rio.
El fin es
llevar suficiente agua al canal de regadío Presidente Trujillo, (El Consejo de
Estado dictó la Ley Número 5825 de 1962, que derogó la Ley No.385 de fecha 7 de
diciembre de 1940, para que se llamara, Monsieur Bogaert), este canal que
irriga los predios agrícolas de la Herradura y La Canela, Hato del Yaque
Arriba, y haciendo su paso por el Flumen, que se construyó por órdenes de
Trujillo, en el 1938, siendo este, el puente-canal más grande que se haya
construido en el país.
Sus aguas al
pasar por encima de estos bloques que le tratan de detener, dan un canto sonoro
que sirve de arrullo al barrio de “La Joya”, el rio Yaque del Norte que ha
pasado mansamente por siglos y siglos en este cauce y ha hecho su recorrido día
tras día bordeando la hidalga ciudad de Santiago de los 30 caballeros.
Era en
Santiago de los 30 caballeros. Al escribir sobre temas que no son más que
narraciones de una época que ha transcurrido y que detalles de ellas son pasado
por alto, más cuando se trata de temas sociales que dan hasta vergüenza al
narrarlos, entramos a estos en forma de novelas en la cual muchos de nuestros
lectores, que son lo más acerbos críticos, se dan por aludidos.
Los
personajes son todos ficticios, pero no los hechos, que son parte de las
vivencias del autor. Testigos son sus compañeros de infancia, que por una u
otra razones niegan los hechos vividos y olvidado (adrede) con el sonrojo de
que se escriba en torno a una situación que fue en muchos de los casos una
verdad incuestionable.
Es esta la
historia de una ciudad enclavada entre las cordilleras Central y Septentrional,
al borde occidental del Valle de La Vega Real. Es una ciudad romántica hasta en
sus amaneceres, Santiago, lugar único que extasía a todo el que logra posar sus
ojos en su nieblas mañaneras, no hay quien pueda no sentir el oteo maternal de
su cordillera con su empinado pico de “Diego de Ocampo”, en el lado Norte. En
el lado Este otro vigilante más egregio “El Monumento a los Héroes de la
Restauración”, pero todo aquel que vivió la pesadilla de la dictadura de
Trujillo, recuerda al verlo, la mole de cemento que con dureza te obligaba a
acatar las leyes que el régimen de entonces te obligaba cumplir fielmente, te
acechaba, esa mole de mal recuerdo que entonces se llamaba; “Monumento a la Paz
de Trujillo”.
Santiago de
jóvenes valientes y héroes colosales que en todas la historia siempre brilla
como ciudad cosmopolita donde el trabajo y el agro son las fuentes de su gran
riqueza. Juan evocaba: “Ese es mi Santiago, donde recorría su gran rio; Yaque
del Norte, jugué en sus aguas desde Nibaje hasta La Joya, bebí de sus aguas,
sufrí en sus aguas, me enamoré en sus aguas profundas y tranquilas al llegar a
la Baica.”
Representa
las dificultades y la precariedad de la vida de Juan, haciendo alusión a cómo,
al igual que una barca rudimentaria, él navega por aguas turbulentas y
peligrosas. "La Baica de Juan Barrientos" es una representación
simbólica del viaje de la vida de Juan. Como mencioné antes, la
"baica" simboliza tanto la fragilidad como la resistencia y la
esperanza en la lucha de Juan contra las adversidades.
Aquí nació la
historia de Juan Barrientos, por el apellido de su madre Doña Marta Barrientos.
Un niño que asido de la falda de su madre es arrastrado a la gran ciudad,
abandonados ambos por la desconsideración de un hombre machista que no aceptaba
la paternidad, ya que esto le afectaba su hombría en su lugar de origen. Así
llego Juan a cumplir con un calvario que él no había escogido.
A pesar de
las dificultades, Juan encontró en su madre, Doña Marta, una fuente de amor
incondicional y apoyo. Doña Marta siempre trató de proteger a Juan y brindarle
un entorno de cariño, a pesar de las circunstancias adversas. Su amor y
fortaleza fueron cruciales para la supervivencia emocional de Juan.
La escuela se
convirtió en un refugio para Juan. Aunque enfrentó muchos desafíos, su
educación le proporcionó una esperanza de un futuro mejor. Fue en la escuela
donde Juan conoció a Pedro, su amigo y confidente, quien también enfrentaba
dificultades similares. Juntos, encontraron consuelo y apoyo mutuo. Juan
experimenta un crecimiento y una transformación personal significativos. La
educación y las experiencias que vive lo moldean, ayudándolo a convertirse en
una persona más fuerte y decidida.
La niñez de
Juan no estuvo exenta de momentos de desesperación. Hubo tiempos en los que
sintió que no había salida, pero la intervención y el apoyo de Doña Marta y
Pedro le dieron la fuerza para seguir adelante. Estos momentos de resiliencia
fueron cruciales para su desarrollo personal. La relación de Juan con su madre,
Doña Marta, es un aspecto crucial de su vida. A través de ella, Juan encuentra
el amor y apoyo que necesita para sobrevivir. Su amistad con Pedro también le
proporciona un refugio emocional, mostrándole que no está solo en su lucha.
La amistad de
Juan con Pedro es un elemento crucial. A través de su conexión, se muestra el
poder de la amistad para proporcionar apoyo emocional y esperanza en tiempos
difíciles. Uno de los momentos más significativos de la novela es cuando Juan
encuentra refugio en la escuela. A través de su educación y su amistad con
Pedro, Juan comienza a vislumbrar un futuro más prometedor. Otro evento crucial
es el conflicto final con su padre, donde Juan finalmente se enfrenta a Don
Carlos, marcando un punto de inflexión en su vida.
La niñez de
Juan Barrientos es una historia de lucha y superación. A pesar de los muchos
obstáculos que enfrentó, su fortaleza y el apoyo de su madre y amigos le
permitieron continuar adelante y luchar por un futuro mejor.
La pobreza
fue una constante en la vida de Juan, limitando muchas de sus oportunidades.
Sin embargo, su determinación para superar estas barreras fue un tema
recurrente en su infancia. La lucha de Juan contra la pobreza es un tema
recurrente. Destaca cómo la pobreza puede limitar las oportunidades, pero
también cómo la educación y el apoyo pueden abrir nuevas puertas.
Juan
Barrientos nació en un hogar marcado por la pobreza y la negligencia. Desde una
edad temprana, experimentó la dureza de la vida debido a la falta de apoyo y el
abuso de su padre, Don Carlos.
Desde
temprana edad, Juan enfrenta una vida llena de desafíos. La negligencia de su
padre, Don Carlos, y la pobreza extrema marcan su infancia, obligándolo a
madurar rápidamente y a desarrollar una fortaleza interior. Don Carlos es el
padre de Juan y el principal antagonista de la historia. Su negligencia y abuso
marcan profundamente la vida de Juan, creando un ambiente hostil en el hogar.
Su comportamiento es un ejemplo de la influencia destructiva que un padre puede
tener cuando no cumple con sus responsabilidades.
Aunque Don
Carlos es un personaje negativo, también se muestra como alguien que lucha con
sus propios demonios. Insinúa que sus acciones están influenciadas por sus
propias experiencias y fracasos, lo que añade una capa de complejidad a su
carácter.
Don Carlos
simboliza los desafíos y obstáculos que Juan debe superar para alcanzar su
independencia y bienestar. El enfrentamiento con su padre representa un punto
de inflexión en la vida de Juan, marcando el momento en que toma control de su
propio destino. En un punto clave de la novela, Juan finalmente se enfrenta a
su padre, Don Carlos. Este enfrentamiento simboliza el comienzo de la
independencia de Juan y su rechazo a la vida de abuso y negligencia.
Don Carlos es
un personaje complejo y multifacético cuya presencia resalta la importancia de
las figuras paternas y el impacto profundo que pueden tener en la vida de un
niño. Su antagonismo añade tensión y profundidad a la historia, haciendo que la
lucha de Juan sea aún más significativa. La relación entre Don Carlos y Juan
está llena de tensiones y conflictos. Juan anhela el amor y el apoyo de su
padre, pero en lugar de ello, se enfrenta a la indiferencia y la violencia.
Esta dinámica es una de las principales fuerzas motrices de la trama y del
desarrollo del personaje de Juan.
Las acciones
de Don Carlos no solo afectan a Juan, sino que también influyen en la dirección
de la historia. Sus decisiones y comportamientos son catalizadores para muchos
de los eventos significativos en la vida de Juan, incluyendo el enfrentamiento
final entre ellos.
Uno de los
momentos clave en la vida de Juan es su enfrentamiento con su padre, Don
Carlos. Este acto de valentía simboliza su rechazo a la vida de abuso y
negligencia, y marca el comienzo de su independencia y autodeterminación.
Juan
Barrientos es un personaje complejo y profundamente humano, cuya historia de
lucha y superación resuena con muchos lectores. Su viaje es un testimonio del
poder de la resiliencia y la importancia del amor y el apoyo en tiempos
difíciles.
Este entorno
hostil lo obligó a madurar rápidamente y desarrollar una fortaleza interior que
lo acompañaría a lo largo de su vida. Juan trabajó duro para mejorar su
situación y aprovechar las oportunidades que se le presentaban, por pequeñas
que fueran. Evoca la lucha diaria de Juan y su capacidad para enfrentar y
superar los desafíos, simbolizando el arduo pero esperanzador viaje de la vida.
Aquí supo lo
que era el hambre por falta de comida, alimentarse con tizana para mitigar el
hambre. Con solo seis años supo lo que era buscase su comida para sobrevivir,
echar momentos achicando agua de La Baica, para llegar al otro lado, al pueblo,
al basurero de Don Carlos Gallardo ubicado al final de la ciudad próximo al
Matadero Municipal, para disputarles a los cerdos sus manjares, que también
eran apetecidos por su madre. La "baica" también simboliza el viaje
de crecimiento y transformación personal de Juan. Juan madura y se fortalece,
enfrentando sus desafíos con valentía y determinación.
La relación
de Juan con sus padres muestra cómo el apoyo o la falta de este puede moldear
la vida de un niño. El contraste entre el amor de Doña Marta y la negligencia
de Don Carlos es particularmente significativo. A pesar de las adversidades y
la fragilidad de su situación, Juan muestra una increíble capacidad para
resistir.
La historia
de Juan Barrientos es un testimonio de la resiliencia humana. A pesar de las
dificultades, Juan demuestra una capacidad increíble para sobreponerse a los
desafíos.
Cruel ironía
con el destino de un niño que apenas abre los ojos para ver la ciudad y sin
ninguna seguridad, comienza al trabajo desconsiderado para cargar con una cruz
de inquina y de dolor. La niñez de Juan es mejor ignorarla. La niñez de Juan
Barrientos está llena de dificultades y dolor que pueden ser difíciles de
abordar. Sin embargo, es importante recordar que estos momentos también son
fundamentales para comprender su carácter y su capacidad de superación.
Al igual que
una balsa rudimentaria, La "baica" representa la fragilidad de su
situación y su lucha constante por sobrevivir en un entorno adverso.
A lo largo de
la novela, la "baica" también puede interpretarse como el viaje
personal de Juan hacia la madurez, superación y autodeterminación. La
"baica" se convierte en un símbolo de su perseverancia y de su
esperanza en un futuro mejor. Aunque una barca puede parecer frágil, también
simboliza la capacidad de resistencia. A pesar de las adversidades, Juan sigue
adelante, navegando por las aguas turbulentas de su vida con la esperanza de un
futuro mejor.
En la romántica ciudad de Santiago de los 30 Caballeros, al final de la calle Restauración nos encontramos con la hoya del rio Yaque del Norte, donde sus cristalina aguas saltan los fuertes bloques de concreto de un metro cubico de diámetro, como si fueran dados gigantes, cientos de ellos colocados de lado a lado del rio, creando la chorrera que forman estos bloques que dan el canto sonoro que sirve de arrullo al barrio de “la Joya”, estos fueron depositados allí para represar el agua del rio Yaque del Norte que pasa mansamente por siglos y siglos y que hace el recorrido diario bordeando la hidalga ciudad, todo esto con el fin de llevar suficiente agua al canal de regadío Presidente Trujillo.
(El Consejo de Estado dictó la Ley Número 5825 de 1962, que derogó la
Ley No.385 de fecha 7 de diciembre de 1940, para que se llamara, Monsieur
Bogaert), este canal que irriga los predios agrícolas de la Herradura y La
Canela, Hato del Yaque Arriba, y haciendo su paso por el Flumen, que se
construyó por órdenes de Trujillo, en el 1938, siendo este, el puente-canal más
grande que se haya construido en el país.
Este rio de
oro que baño los primeros nativos de esta tierras, hoy con su canto producido
por el choque de sus aguas con los bloques de la chorrera, por el barrio de la
Joya, donde se instala La Barca, en este paso del río, una Barca por la que
cruzan peatones, animales de montura a La Otra Banda.
Don Carlos
Gallardo era el arrendatario de la Barca, propiedad del Ayuntamiento. Esta
estaba situada donde terminaba la calle José Trujillo Valdez, hoy Restauración,
pues antes la barca estaba situaba en el Paso de Borbón, al final de la avenida
Valerio, donde se construyó “El Puente Yaque” que comunicaba las comunidades al
sur de Santiago, Bella Vista y los pueblos de la sierra en la Cordillera
Central.
Mientras La
Barca dormía esperando los primeros pasajeros en ser transportados por sus
serenas aguas en horas de la mañana, La joya era arropada por una densa neblina
que era propia en esas primeras horas, en que su despertador de costumbre eran
las voces de las marchantas que en sus burros o sus mulos arreaba sus vehículos
de tracción muscular con sus cantos; “Vecinaaaaa llego la Marchanta”
¡Marchanta, marchanta, marchanta...!
¿Quién se
acuerda de la marchanta?, la que recorría nuestras calles montada en su Burro o
con el babonuco, y la batea llena de frutas y vegetales. Estas eran singulares
vendedoras de lo poco que conseguían cosechar en Monte Adentro.
Juan en su
camino hacia el trabajo debía cruzar todos los días desde y hacia la Otra Banda
en La Barca que lo transporta a su humilde vivienda a la orilla del canal en la
otra banda, por el Matadero Municipal, en el populoso barrio de La Joya, y
pensaba para sus adentros; “El domingo hay un juego de pelota en el play, no me
lo puedo perder”.
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