Por ELLEN KNICKMEYER
La medida fue el más reciente y uno de los pasos más
grandes en lo que el presidente Donald Trump y su aliado Elon Musk dicen que es
su objetivo de desmantelar la agencia de ayuda y desarrollo de seis décadas en
una campaña más amplia para reducir el tamaño del gobierno federal.
La medida se produce después de que un juez federal
permitiera el viernes que la administración siguiera adelante con su plan para
retirar a miles de empleados de USAID en Estados Unidos y en todo el mundo. El
juez federal de distrito Carl Nichols rechazó las peticiones de los empleados
para seguir bloqueando temporalmente el plan del gobierno.
"A partir de las 11:59 p.m. EST del domingo 23 de
febrero de 2025, todo el personal contratado directamente por USAID, con la
excepción del personal designado responsable de las funciones de misión
crítica, el liderazgo central y/o los programas especialmente designados, será
puesto en licencia administrativa a nivel mundial", según los avisos
enviados a los trabajadores de USAID que fueron vistos por The Associated
Press.
Al mismo tiempo, la agencia dijo en los avisos a los
empleados que estaba comenzando un proceso de despido llamado reducción de la
fuerza que eliminaría 2.000 empleos en Estados Unidos. Una versión del aviso
publicada más tarde en el sitio web de USAID situó el número de puestos a
eliminar más bajo, en 1.600.
El gobierno no dio ninguna explicación de la
discrepancia. USAID y el Departamento de Estado no respondieron de inmediato a
los mensajes en busca de comentarios.
A las pocas horas de esa notificación, los empleados
comenzaron a informar que habían recibido las notificaciones de su próximo
despido en virtud de la reducción de la fuerza.
El administrador adjunto Pete Marocco, designado por
Trump y que dirige USAID, ha indicado que planea mantener en el puesto a unos
600 empleados, en su mayoría con sede en Estados Unidos, en el trabajo mientras
tanto, en parte para organizar los viajes del personal de USAID y sus familias
en el extranjero.
La medida intensifica una campaña de un mes para
desmantelar la agencia, que ha incluido el cierre de su sede en Washington y el
cierre de miles de programas de ayuda y desarrollo en todo el mundo tras la
congelación de toda la asistencia extranjera. Más tarde, un juez bloqueó
temporalmente la congelación de fondos. Trump y Musk sostienen que el trabajo
de USAID es un desperdicio y promueve una agenda liberal.
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