Por Celeste del Bianco elDiario AR
El cura Sergio Raffaelli denunció la situación en un video en el que se ve la secuencia. Imágenes de una situación que se reitera en el Departamento Jiménez, de 5300 kilómetros cuadrados en el límite con Tucumán. Cada noviembre, empiezan a circular las avionetas para fumigar los campos que alrededor de 50 empresas cultivan en la zona. Hay provinciales, pero también de Tucumán, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Chaco. En el medio, las comunidades campesinas padecen las consecuencias de la agricultura extensiva que conlleva fumigaciones periódicas hasta marzo, cuando termina la época de lluvias.
“Las fumigaciones
con veneno son habituales desde noviembre a marzo, diarias. Son muchas las
empresas que están en el departamento, cuando no es de un lado, es del otro.
Sea vía terrestre con mosquitos o vía aérea con aviones. Las familias
campesinas viven estos meses con mucho miedo y preocupación, son conscientes de
que ese veneno que mata a sus gallinas es el mismo que respiran”, le dice el
sacerdote de Santiago del Estero a elDiarioAR. Además de la muerte de los
animales, está el agua. En ese reducto de monte virgen rodeado por campos de
soja, el agua se guarda en reservorios abiertos: calicantos, tachos grandes o
aljibes. Es el agua que usan para limpiar, cocinar o bañarse. “Hay causas en la
justicia federal porque muchos empresarios tucumanos tienen campos en Tucumán y
en Santiago del Estero. Las avionetas salen de una provincia y van a la otra.
Se han logrado poner multas y amparos para que no fumiguen por un tiempo, pero
más que eso todavía no”, agrega Raffaelli que pertenece al Grupo de Curas de
Opción por los Pobres. En el caso de la fumigación en la casa de Norma
Salvatierra se hizo una denuncia penal contra un empresario francés.
“La primera consecuencia, muchas veces, es la expulsión de los territorios por parte de los empresarios. Las comunidades que no están organizadas, a veces, son engañadas para que se vayan. Por las buenas o por las malas. Quedan encerrados por las fincas y no pueden criar animales como lo hacían antes, a campo abierto. Muchas veces, la fumigación produce la muerte de sus animalitos, la contaminación del agua, erupciones en la piel, abortos espontáneos. Hay cada vez más niños que nacen con malformaciones, muertes por cáncer, casos de leucemia linfoblástica aguda. Son las consecuencias visibles de este modelo”, enumera el cura.
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