Por Stefano Pozzebon
(CNN) — Más de 100 días después de que las primeras vacunas contra el covid-19 se administraran en Latinoamérica, la pandemia continúa resurgiendo peligrosamente en algunas áreas. La batalla que libra la región para frenar el coronavirus permanece marcada por desigualdades. Mientras algunos países se jactan de tener tendencias positivas en la vacunación, hospitales de las naciones vecinas colapsan bajo las oleadas de casos nuevas.
En especial preocupan las altas tasas de
mortalidad por covid-19 en Brasil, Perú, Chile y Paraguay. Una señal de que
probablemente los sistemas de salud locales están bajo una presión que desborda
su capacidad.
Covid-19 en Latinoamérica: así comienza la
semana del 5 de abril en algunos de los países más afectados de la región
«La mortalidad aumenta cuando esto sucede,
porque los pacientes tienen dificultades para encontrar la atención que
necesitan. Mientras, los trabajadores de la salud están sobrecargados al tener
que atender a demasiadas personas a la vez», explicó la Dra. Carissa Etienne,
directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la semana pasada.
Incluso en países con una sólida
administración de vacunas, el acceso equitativo a las dosis que pueden salvar
vidas está lejos de ser la norma. A eso se suma que funcionarios de salud en
Latinoamérica temen que una nueva ola de covid-19 gane impulso. Justamente,
debido a las nuevas variantes contagiosas y, con demasiada frecuencia, a un
enfoque gubernamental de flexibilización frente al distanciamiento social.
Latinoamérica, entre la vacunación contra el
covid-19 y las variantes de propagación rápida. En este momento, Brasil es, por
mucho, el país más afectado por covid-19 en Latinoamérica.
Se cree que la variante P.1, identificada
localmente, es más contagiosa que el coronavirus original. De hecho, solo en
marzo se registraron más de 66.000 muertes adicionales relacionadas con el
covid-19. Lo que representa más del doble del número de víctimas en cualquier otro
mes desde el comienzo de la pandemia.
Mientras, a pesar de la sólida
infraestructura de vacunación que tiene Brasil, la campaña de inmunización
avanza a un ritmo lento. Solo poco más del 10% de la población total ha
recibido la primera dosis de la vacuna contra el covid-19, según datos de los
departamentos de salud de cada estado.
Además, las unidades de cuidados intensivos
en 25 de los 27 estados del país están a más del 80% de su capacidad. Aún así,
algunos estados, como Río de Janeiro, decidieron reabrir las escuelas, bajo la
insistencia del presidente Jair Bolsonaro, firme opositor de los
confinamientos.
Para intentar frenar la propagación del
covid-19, varios países de Latinoamérica cerraron sus fronteras con Brasil. Y
Uruguay, por ejemplo, incluso priorizó la vacunación en las áreas fronterizas
con Brasil. Esto con la esperanza de crear un «muro de vacunas» que el virus no
pueda penetrar.
Para algunos países, se acerca el invierno
Hasta esta semana, Chile había sido como un
cuento de hadas de la vacunación contra el covid-19 en Latinoamérica.
Comparativamente, el país comenzó a
administrar vacunas muy temprano, en diciembre. Y rápidamente ganó fuerza
gracias a los abundantes suministros de dosis de los fabricantes de China.
Hasta el momento, Chile es el tercer país en
el mundo con mayor porcentaje de población vacunada, por delante de Estados
Unidos.
Pero, a pesar de este éxito, Chile registró
un nuevo récord de aumento de casos durante dos días seguidos la semana pasada.
Un hecho ominoso que llevó a las autoridades a cerrar las fronteras tanto a
extranjeros como a ciudadanos chilenos para tratar de limitar el contagio.
Latinoamérica COVID
La muy elogiada campaña de vacunación de
Chile no ha podido frenar el aumento de casos nuevos.
De manera especial, preocupa el hecho de que
Chile, junto a sus vecinos Argentina y Uruguay, se dirigen a temperaturas más
frías en el hemisferio sur. Precisamente, el covid-19 prospera en condiciones
invernales: tanto porque el virus en sí mismo es más estable y contagioso a
temperaturas más bajas, como porque las personas tienden a pasar más tiempo en
interiores durante los meses de invierno.
Las autoridades de Chile y Argentina se
preparan para nuevos brotes del virus en las próximas semanas.
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