Acento.com.do - Fausto Rosario
El futuro inmediato lo
pensamos respecto del año que se inicia. Así somos dados a hacer los propósitos
para el año que inicia, y nos planteamos desafíos personales, familiares, y
como colectivos, ya sea una asociación, un sindicato, una empresa. Todo eso,
independientemente de los presupuestos que nos impone la realidad y que
asumimos en los costos e inversiones proyectadas.
En nuestro futuro inmediato,
como país, ¿tenemos la previsión del
autoritarismo, el fanatismo, el descarrilamiento de la democracia, de
cara a unos resultados inesperados de las elecciones nacionales de mayo próximo?
No previmos una división
para el 2019 del Partido de la Liberación Dominicana, actualmente en el
gobierno, y entre octubre y diciembre se produjo tal división, y se formó un
nuevo partido político encabezado por Leonel Fernández. ¿Será de izquierda o de
derecha esa nueva fuerza política? Los aliados con que cuenta Leonel Fernández
son esencialmente de derecha, aunque el partido que él asumió sea
ideológicamente marxista-leninista, como lo era el Partido de los Trabajadores
Dominicanos.
Los fundamentalismos religiosos,
de derecha o de izquierda, están presentes en los análisis de la realidad
contemporánea. Venezuela está presente como un mal ejemplo a seguir en asuntos
políticos. Se podría decir que los grandes errores de los venezolanos provienen
de los fundamentalismos, incluyendo el fundamentalismo bolivariano, que también
llevó a Evo Morales en Bolivia a pretender un fraude electoral y quedarse en el
poder. Y terminó exilado y tachado de fraudulento, queriendo eternizarse en el
poder, luego de catorce años como presidente. Nicolás Maduro se ha impuesto y
ha destruido la producción de su país, al tiempo que ha lanzado fuera de
Venezuela más de 5 millones de ciudadanos.
¿Se meterá profundamente en
la política dominicana el fundamentalismo religioso de derecha, como ocurrió en
Brasil, en donde Jair Bolsonaro representa el otro extremo de la política
latinoamericana, con políticas fetichistas, enemigas de los derechos
fundamentales y radicalmente negadoras de los derechos de tercera, cuarta y
quinta generaciones?. Como el derecho al hábitat digno, el derecho de las
mujeres a decidir, los derechos sexuales de hombres y mujeres, y el abierto
respaldo de las viejas opciones dictatoriales, ya en desuso en América Latina.
Este tiempo está claramente
definido como de rupturas democráticas, de opciones fundamentalistas, de
simpatías con la fuerza, como ha dejado claro Donald Trump en los Estados
Unidos, o como ha puesto en práctica Andrés Manuel López Obrador en México. Chile
nos ha dejado un ejemplo negativo, luego de posicionarse como una de las
democracias de mayor solidez económica, colindando con el primer mundo, nos
enteramos de sus desigualdades y del hartazgo de los chilenos con las
iniquidades de la desigualdad.
El futuro dominicano
queremos que sea democrático, que sea próspero, que esté fundamentado en la
racionalidad y en la justicia, jamás en la fuerza ni en los fundamentalismos
religiosos o nacionalistas. Es el momento de plantearnos un país inclusivo,
dentro del concierto de naciones dispuestas a colaborar y compartir un mundo
democrático, solidario y que se proponga la Búsqueda de la felicidad para sus
ciudadanos.
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