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8 de febrero de 2025

Personal de bomberos en Baní y Bahoruco lo arriesgan todo laborando “a manos peladas”

 Su trabajo lo realizan en viejas unidades para incendios que ya agotaron su vida útil, hace más de 30 años, sumado a las precariedades de sus limitados equipos de combate al fuego y otros fenómenos.

Sede del cuartel de bomberos de 
Baní, con dos de sus envejecidas 
unidades de combate contra incendios 
y otros fenómenos.  José Dicen, 
Faustino reyes  LD

Baní, LD.- El cuerpo de bomberos de Baní, localizado en el centro de la ciudad, al lado del Palacio Municipal, está atrapado en un estrecho cuartel donde apenas caben sus miembros, aunque cubren con sus servicios al municipio, con más de 100,000 habitantes.

Su trabajo lo realizan en dos viejas unidades para incendios que ya agotaron su vida útil, hace más de 30 años, sumado a las precariedades de los limitados equipos de combate.

Un municipio con ocho distritos municipales, que sobrepasa en sentido general una población de más de 158,000 habitantes, según último censo 2022.

En los otros dos municipios de la provincia Peravia, que cubre una extensión de 788 kilómetros cuadros, Nizao, con dos distritos municipales, y Santana y Pizarrete.

Y Matanzas, tercer municipio, con varias secciones y parajes al suroeste de la provincia, tienen limitados cuerpos de bomberos, con apenas un camión de bombero a los que el cuartel de Baní tiene que dar asistencia también de forma permanente en eventos delicados.

Los bomberos banilejos realizan sus labores día tras día “a manos pelada”, dijo uno de sus miembros, entre un mar de precariedades y limitaciones para enfrentar cada emergencia.

El intendente del cuerpo de bomberos, coronel David de los Santos Caro, dijo que el personal de esta entidad de servicio público labora, más por vocación que por lo que le ofrece esa institución como medio de sustento.

Trabajan noche y día, sin días feriados ni fines de semana, lanzados a cubrir y sofocar incendios, socorrer siniestros de tránsito, emergencias marítimas, derrumbes de edificios y otras infraestructuras; no tienen botas adecuadas, ni chaquetas ni cascos ni guantes ni uniformes adecuados.

Tampoco disponen de aire comprimido para cuidar sus pulmones, ni unidad especializada en recate ni los equipos que esta conlleva.

indumentaria costosa

Y con la agravante, explica el coronel Caro, que la escasa indumentaria que les queda para hacer su oficio, también ha cumplido su vida útil hace años, poniendo en mayor riesgo la integridad física de cada bombero.

La dificultad de tener uniformes apropiados radica, según observa este jefe de bomberos, en el alto costo de estos.

Nuestra vestimenta de faena, explica el coronel jefe, que “la conforma; pantalón, camisa, casco, chaqueta, botas, entre otros aditamentos, tiene un costo, por persona, que ronda los 30 mil dólares”, recurso del que solo puede disponer el Gobierno Central o el Ministerio de Interior y Policía (MIP), según se estima.

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