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El histórico líder uruguayo pidió que no le soliciten más
entrevistas, ya que el "guerrero tiene derecho a su descanso".
El expresidente uruguayo José Mujica. Ernesto Ryan / Gettyimages.ru
El expresidente uruguayo José 'Pepe' Mujica, de 89 años,
explicó que el cáncer de esófago que padece, anunciado el pasado 29 de abril,
se ha expandido por su cuerpo y ya no hay forma de detenerlo.
"El cáncer en el esófago me está colonizando el
hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos
enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía
porque mi cuerpo no lo aguanta", dijo en una entrevista con el semanario
Búsqueda en su chacra en Rincón del Cerro, una zona rural ubicada en las
afueras de Montevideo.
Mujica también informó que no se someterá a más
tratamientos médicos y que su única petición a los médicos es que no le hagan
"sufrir al pedo". "Que me pichicateen [administren fármacos] y
cuando me toque morir, me muero. Así de simple como te lo digo", comentó.
Y añadió: "Estoy condenado, hermano. Hasta acá
llegué".
"Ya terminó mi ciclo"
El expresidente aseguró que desea despedirse de su
pueblo. "Lo que quiero es despedirme de mis compatriotas. Es fácil tener
respeto para los que piensan parecido a uno, pero hay que aprender que el
fundamento de la democracia es el respeto a los que piensan distinto. Por eso,
la primera categoría son mis compatriotas y de ellos me despido. Les doy un
abrazo a todos", expresó.
Mujica también pidió que le "dejen tranquilo"
en este último tramo de su vida. "Que no me pidan más entrevistas ni nada
más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene
derecho a su descanso", continuó.
El expresidente dijo sentirse agradecido con la vida a
pesar de las dificultades. "A mí la vida me ha dado muchos premios. El
principal es que estoy a cuatro meses de cumplir 90 años. Mira la vida que he
tenido. Es un desastre", reflexionó.
"Lucía es un ser superior"
También hizo una reflexión sobre su visión del mundo:
"La vida es una hermosa aventura y un milagro. Estamos demasiado
concentrados en la riqueza y no en la felicidad. Estamos concentrados solo en
hacer cosas y, cuando querés acordar, se te pasó la vida al pedo".
Señaló que uno de los aspectos que le preocupan es la
necesidad de renovación en la política. "Mi barra tiene que entender que
el tiempo es inexorable y que hay un momento que hay que abrir la puerta a
otras generaciones y no estar estorbando. Mi única preocupación es que tengan
una actitud de renovación permanente, porque lo que viene es muy distinto a lo
que hubo", subrayó.
Asimismo, aseguró que quiere organizar su granja y
dejarla en condiciones para quienes lo sucedan. "Todos los días ando un
poquito en el tractor, aunque sea simbólico, y estoy acomodando las cosas para
los que van a quedar acá en la chacra. Compré un tractor nuevo a 28.000
dólares. Para los que van a quedar acá, para que vivan. Quiero dejarles fuegos
nuevos. No tengo hijos, pero igual voy a dejar descendencia", explicó.
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