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13 de diciembre de 2022

‘Avatar 2’ necesita un milagro en taquilla para no arruinar a Disney. Para James Cameron, sería la tercera vez que lo consigue

 James Cameron es el único en Hollywood que puede presumir de que el rayo golpea dos veces en el mismo sitio: la taquilla, con 'Avatar' y 'Titanic'. Pero incluso él sabe que ‘Avatar 2’ es “el peor modelo de negocio de la historia del cine”.

POR JAVI SÁNCHEZ         - Vanity Fair


Solamente hay una película de la que merece la pena hablar estas Navidades, y es Avatar 2: El camino del agua. Y, principalmente, por motivos extracinematográficos. Su director, James Cameron, y su productora, Disney, se encuentran al final de un camino de 10 años y un plan aparentemente suicida: una secuela que llega con 13 años de retraso, sin la novedad que convirtió a la primera en la cinta más taquillera de la historia del cine (el 3D, aquel futuro que iba a adueñarse del cine y de los salones) y sin que casi nadie recuerde exactamente quiénes eran los personajes o la trama de aquel megalítico taquillazo en el ficticio mundo de Pandora. Y todo, con un coste estimado de más de 350 millones de euros. 

Es la película más cara de la historia, y cualquier ingreso por debajo por debajo de los 2.000 millones de euros se considerará un fracaso. La estimación es del propio Cameron que, como le contaba a GQ hace unos meses, le dijo personalmente a Disney que Avatar 2 representaba “el peor modelo de negocios de la historia del cine”.

Es decir, tiene que competir tanto con su propio récord vigente (Avatar sigue en un top al que sólo ha podido acercarse la última entrega de Vengadores: 2.922 millones de dólares, casi 2.800 millones de euros al cambio actual), como con su anterior récord, el de Titanic (2.187 millones de dólares, casi 2.100 millones de euros, actualmente en el tercer puesto histórico), este último sólo para “cubrir gastos”. El plan es aún más demente: mientras se estrena esta secuela, Cameron terminará de rodar Avatar 4, (la 3 ya está en posproducción) y preparará el rodaje de la quinta entrega. El plan es estrenar las siguientes secuelas en 2024, 2026 y 2028. Y ya es demasiado tarde para echarse atrás.

A su favor, el regreso de un mundo que era más protagonista que sus personajes, Pandora, más de 3.500 efectos visuales y la certeza de que nadie entendió el 3D ni los gráficos por ordenador como Cameron (esto último se puede comprobar revisando casi cualquiera de sus películas desde los 90, empezando por Terminator 2, cuyos efectos especiales apenas han envejecido). El autoproclamado "rey del mundo" desde la noche que arrasó en los Oscar con Titanic tiene 68 años y absolutamente ninguna duda de que puede conseguirlo otra vez.

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Sería la tercera: Titanic iba a ser el fin de la carrera de Cameron. Un rodaje desastroso, que se fue por encima de los 200 millones de dólares (algo inédito en 1997) sobre una película de la que todo el mundo sabía el final: el barco se hunde. Pero la historia de amor de Jack (Leonardo DiCaprio, la única persona que no pudo celebrar los Oscar porque ni siquiera le nominaron) y Rose (Kate Winslet, desbordada por la escala de la producción y por la neumonía que se cogió por exigencias del rodaje) rompió un techo que hoy nos parece normal al hablar de blockbusters: mil millones en taquilla. Nadie lo había conseguido nunca.

Titanic, además, duraba mucho, muchísimo. Una locura que los ejecutivos de la Fox querían cortar para hacerla más comercial: tres horas y cuarto. Es un dato que merece la pena recordar ahora que todo el mundo piensa que Avatar 2, con una duración similar, dura demasiado. Avatar duraba casi dos horas y cuarto. Era otro suicidio. Una película rodada para exhibirse en las hasta entonces inexistentes salas 3D, con una franquicia nueva y personajes alienígenas de color azul. 

La primera película en superar —y pulverizar— los 2.000 millones. Una cifra que Titanic finalmente alcanzó, en su reestreno en 2012, tres años después de estrenarse Avatar. Y que ni siquiera el agridulce regreso de Star Wars pudo eclipsar: solo El despertar de la Fuerza y la últimas dos entregas de Los Vengadores han llegado a esas cotas. Y los ingresos de Titanic y Avatar no están ajustados a inflación.

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