24 de diciembre de 2022

El pedir ayuda para Haití fue tema recurrente en foros internacionales

 Ányelo Mercedes  - El Dia

SANTO DOMINGO.-Pausas hubo pocas, la intensidad fue la norma. El año 2022 concluye como aquel en que el presidente de turno de la República Dominicana, Luis Abinader, saturó a la comunidad internacional con pedidos de ayuda y asistencia para su vecino, la República de Haití.

Abinader había asumido el discurso de ayuda o intervención como otros le llaman, tras el magnicidio del presidente haitiano Jovenel Moise en 2021.

Pero fue en este año, ante la escalada de la ola de violencia que afecta a la vecina nación, cuando utilizó cada oportunidad de encuentro en foros internacionales para interceder primariamente por Haití antes que por República Dominicana, consciente de que un quiebre definitivo del orden institucional en la nación de Toussaint terminaría por afectar la parte oriental de la isla.

En segundo plano se encontraron pedidos similares del canciller Roberto Álvarez, del cuerpo diplomático y de líderes políticos dominicanos quienes casi en su totalidad coincidieron en los planteamientos del gobernante, repitiendo hasta la saciedad, que no había salida dominicana a la crisis haitiana.

Los hechos

Hablando ante la Organización de Estados Americanos en septiembre, Abinader definió la crisis en Haití como una guerra civil de baja intensidad urgiendo a los Estados miembros a ser responsables y actuar en el presente.

En su intervención, pedía cooperar para mejorar la seguridad de ciertas infraestructuras críticas en Haití, especialmente sus puertos y aeropuertos; asistir en la creación mecanismos y capacidades relativas al control de armas y municiones que llegan a manos de las organizaciones criminales; coordinar con países miembros y la ONU, la capacitación, entrenamiento y suministro controlado de las fuerzas de seguridad pública, es decir la Policía Nacional Haitiana.

“Es imposible negar el peligro que representa que un Estado no tenga el control y monopolio de la fuerza sobre su territorio.

Nos enfrentamos a la posibilidad real de que bandas criminales que operan en Haití intenten transgredir la integridad territorial y traten de alterar el orden y seguridad ciudadana en nuestro país”, alertaba en esa ocasión.

Deportaciones

La presión en escenarios internacionales se evidenció en la parte interna incrementando parcialmente los operativos de deportación de indocumentados y negándose a la posibilidad de crear campos de refugiados haitianos de este lado de la frontera.

Dichas medidas, según han afirmado algunos líderes de opinión, le ganan sanciones al país.

¿Respuestas?

La publicación de varios informes así como una veda a las exportaciones de azúcar hacia Estados Unidos procedente del Central Romana, se convirtieron en las reacciones a las políticas migratorias.

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