Ányelo Mercedes - El Dia
Abinader había asumido el discurso de ayuda o
intervención como otros le llaman, tras el magnicidio del presidente haitiano
Jovenel Moise en 2021.
Pero fue en este año, ante la escalada de la
ola de violencia que afecta a la vecina nación, cuando utilizó cada oportunidad
de encuentro en foros internacionales para interceder primariamente por Haití
antes que por República Dominicana, consciente de que un quiebre definitivo del
orden institucional en la nación de Toussaint terminaría por afectar la parte
oriental de la isla.
En segundo plano se encontraron pedidos
similares del canciller Roberto Álvarez, del cuerpo diplomático y de líderes
políticos dominicanos quienes casi en su totalidad coincidieron en los
planteamientos del gobernante, repitiendo hasta la saciedad, que no había
salida dominicana a la crisis haitiana.
Los hechos
Hablando ante la Organización de Estados
Americanos en septiembre, Abinader definió la crisis en Haití como una guerra
civil de baja intensidad urgiendo a los Estados miembros a ser responsables y
actuar en el presente.
En su intervención, pedía cooperar para
mejorar la seguridad de ciertas infraestructuras críticas en Haití,
especialmente sus puertos y aeropuertos; asistir en la creación mecanismos y
capacidades relativas al control de armas y municiones que llegan a manos de
las organizaciones criminales; coordinar con países miembros y la ONU, la capacitación,
entrenamiento y suministro controlado de las fuerzas de seguridad pública, es
decir la Policía Nacional Haitiana.
“Es imposible negar el peligro que representa
que un Estado no tenga el control y monopolio de la fuerza sobre su territorio.
Nos enfrentamos a la posibilidad real de que
bandas criminales que operan en Haití intenten transgredir la integridad
territorial y traten de alterar el orden y seguridad ciudadana en nuestro
país”, alertaba en esa ocasión.
Deportaciones
La presión en escenarios internacionales se
evidenció en la parte interna incrementando parcialmente los operativos de
deportación de indocumentados y negándose a la posibilidad de crear campos de
refugiados haitianos de este lado de la frontera.
Dichas medidas, según han afirmado algunos
líderes de opinión, le ganan sanciones al país.
¿Respuestas?
La publicación de varios informes así como
una veda a las exportaciones de azúcar hacia Estados Unidos procedente del
Central Romana, se convirtieron en las reacciones a las políticas migratorias.
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