Denuncia. Vecinos próximo al Centro afirman que responsables de los controles dejan salir a ilegales por la parte trasera de las instalaciones.
Shaddai
Eves / Cayena González
Esto
lo sostiene en que, presuntamente, responsables del Vacacional están dejando
salir a indocumentados por la parte trasera del recinto.
“Algunos
guardias están engañando al presidente, coordinados con los llamados buscones”,
manifestó, con notable descontento, Pablo de la Cruz, indicando que a muchos retenidos “los dejan
libres en horario nocturno, a cambio de dinero en efectivo”.
Según
testificó De la Cruz, en la parte trasera del Vacacional “hay unos matorrales
por los que son lanzados los retenidos; los indocumentados luego deben
atravesarlos para salir, pero sin antes pagar entre 10,000 y 20,000 pesos”.
De
la Cruz guió a reporteros de Listín Diario hasta el presunto lugar del que
“tanto se habla”, pero que “pocos se atreven a contar lo que sucede por miedo a
represalias”.
En
ese momento, otro ciudadano residente en el área, Tanairys Rosario, se acercó a
reporteros para contar haber visto cruzar, en los últimos días, pequeños grupos de hasta cinco personas
atravesando el terreno baldío.
“Los
sacan de tres y cuatro, a discreción; en un solo día sacaron como 15”, dijo
Rosario, e indicó que “ellos tienen una gente ahí adentro que les facilita la
salida”.
Además,
manifestó que son esperados por vehículos en el exterior del centro, y luego
llevados a su destino, mientras otros se quedan rondando en los alrededores.
Los
aldeanos denunciaron que detrás del Vacacional de Haina y en los alrededores
hay, presuntamente, haitianos indocumentados que hacen vida de forma tranquila,
y nunca son detenidos ni revisados por personal de Migración.
Gestionando
libertad
La
mañana de ayer viernes transcurría con normalidad a las afueras del Centro, que
funciona como espacio de acogida para los indocumentados.
Parientes
y allegados esperaban noticias de sus familiares detenidos, quienes se quejaban
ante la falta de información por parte de las autoridades.
Una
de ellas era Ruth Esther Mariano, oriunda de La Romana, quien se encontraba en
espera de que liberaran a su primo, Yeison Noel, también de la Romana, que había sido
capturado en un operativo migratorio.
En
los alrededores del centro de acogida también había empresarios y maestros
constructores, entre ellos estaba Roberto Peña Sánchez, quien se encontraba en
la puerta a la espera de respuestas sobres dos obreros que trabajan junto a él
desde hace dos meses.
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