Por Ramsés
¡Que caray! Después que nos quejábamos tanto del friíto, ya comenzamos a sudar la ‘’gota gorda’’, aun cuando nadie sabe cuál es esa famosa Gorda.
Lo cierto es que Santo Domingo está de perla, recobrando su hermoso colorido, al borde de la Semana Mayor.
Otra vez, el tufo exquisito de las habichuelas con dulce (Dominican’s sweet) con sus pasitas para el muermo; las galletitas de leche, cual salvavidas litúrgicos; los trocitos de batata (camote o boniato), para el bulto necesario; el casabito santiaguero para los que les gusta lo taino; para los que no son del patio: este dulce cremoso de consistencia parecida a al yogurt liquido, debe comerse, frío o caliente (según el gusto, yo prefiero frío de dos o más días) debe comerse en ‘’bolos’’ (pantalón largo, cortado a cuatro pulgadas encima de las rodillas), en cueros de la cintura para arriba, debajo de una enrama (enramada), en un jarro de dos botellas, si viene a Santo Domingo nunca permita que se lo den de otra forma, y que le coloque una escoba al lado, por si hay que barrerle la barriga de la ‘’jartura’’…
Y para esto nos sirve la cuaresma. Para ‘’jartarnos’’ de habichuelas con dulce hasta quedar timbí; arrancar con los ‘’bolos’’ aquellos (¿las féminas?) ya saben: traje de baño: las viejas, bikinis las menorcitas, un hilo que no tapa nada y nada deja a la imaginación y que provoca el silente reproche de las hipócritas y de las que nada tienen para exhibir (porque se les acabó los cuartos o la juventud para hacerse la plástica), la franela de hoyitos, los calipsos, el tubo de camión, camino a ríos y playas, y eso sí, con la puerta trasera de la guagua (bus) abierta, no sea que el criollo dulce haga de las del, en el estomago de algún desaclimatado, y ya usted sabe lo que pasa…
Bueno mis queridos locos bohemios donde quiera que os encontréis, si en el Ártico o en la Antártida, si en el Congo Africano o en las mansas playas de Montecarlo, si abanicándote en el archipiélago nipón o en yola camino a Puerto Rico, si de transito por río Grande camino a Nuevo México o frente al oficial de migración en el aeropuerto de la Guardia, hablando como los boricuas, donde quiera que estés, en este tiempo, sentirás no estar en Dominicana…
Pos-data: para que no me cuelgue mi confesor personal (léase el cura de la esquina) vayan a la iglesia y aléjense de las tentaciones.
Quisiera elevarte en un pedestal
O que figures en record de los Güines,
donde no te alcancen ningún mortal,
ni siquiera en los trailers de los cines
Quisiera que solo fueras para mí
para adorarte y mimarte como diosa,
y no separarme nunca más de ti
ni aun cuando me llame la mujer más preciosa.
Desde ahora me declaro tu devoto.
Caminaré de rodillas en procesión,
y te pondré en una ermita con el voto
para poderte adora con pasión.
Todo lo daré, todo hasta la vida,
pero que no se pierda ni una gota
de esa habichuelita con dulce preferida,
que hasta el juicio me acogota.
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