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28 de abril de 2009

EL PODER DE ROMPER HÁBITOS NEGATIVOS Y FORMAR HÁBITOS POSITIVOS.

Los hábitos que hemos ido formando a lo largo de los años pueden convertirse en los causantes de grandes pérdidas de tiempo. Cuando no son efectivos, pueden limitar nuestra capacidad, paralizar nuestro avance y desarrollo, y disipar nuestra energía. Pueden hacernos perder literalmente años de nuestra vida.Pero en el otro lado de la balanza, Líder, los hábitos positivos pueden tener efectos poderosos, saludables y hacernos avanzar decididamente hacia nuestros mayores sueños. Son capaces de generar un ahorro muy importante de tiempo y energía, reduciendo al mismo tiempo la tensión y el estrés en nuestras vidas.
Los hábitos no son más que algo que hemos transformado en automático en nuestra vida, poniendo muy poco esfuerzo. Es como un piloto automático que actúa siempre igual ante una determinada circunstancia. Puede tratarse de fumar, beber, comer en exceso, mascar chicle, juguetear con algo en las manos, etc.
Pero también puede tratarse de ordenar sus asuntos antes de dejar su oficina cada día, hacer algo de ejercicio al levantarse cada mañana, revisar sus objetivos antes de acostarse, sonreír a cada persona con la que se cruza, leer algo cada noche antes de dormir, asearse cuidadosamente todos los día, leer algo a sus hijos cuando van a acostarse, etc.
Tanto si se trata de un buen hábito o de uno malo, lo que es seguro Líder, es que afecta tu vida. Si te ayudan a lograr con mayor efectividad tus metas, a mejorar tu salud, a sentirte más realizado y feliz, y si te hacen más efectivo ayudándote a usar mejor tu tiempo, posiblemente se trate de un buen hábito. Pero si lo que haces es limitar tu efectividad, hacer que malgaste tu tiempo, y te resta recursos, seguramente se trate de un mal hábito.
Antes de destruir cualquier hábito se ha de estar seguro de que se trata de un mal hábito y de que verdaderamente desea destruirlo. Porque de este modo, si ves claros los beneficios que te aportará destruir ese hábito, la motivación será poderosa para realizar la transformación. Nadie puede lograr un éxito en algo que no desea fervientemente.
Siempre es gratificante tener la sensación de que es uno quien controla su propia vida. Eso debería ser motivación suficiente para generar las transformaciones necesarias. Comienza a experimentar tu poder destruyendo algunos pequeños hábitos negativos que tengas, para poco a poco ir atacando a los de mayor envergadura. Deja de pedir pizza por rutina todos los viernes o sábados, o de ir a comer por pereza siempre al mismo restaurante de manera mecánica, o de encender la televisión nada más llegar a casa a pesar de no tener ganas de verla. Toma una decisión consciente cada vez. Líder, no te dejes arrastrar por la inercia de los hábitos negativos.
Algunos hábitos negativos como fumar, beber, o comer en exceso pueden resultar más difíciles de romper. Será necesaria una mayor motivación para iniciar y mantener el esfuerzo necesario que requerirá el proceso. En estos casos es fundamental tomar conciencia de todas las consecuencias negativas que te reportará mantener ese mal hábito. Cuanto mayor sea el dolor que asocies a ese comportamiento, más fácil te será destruirlo y deshacerte de él. Si estás convencido de que fumar va a reducir tus expectativas de vida en una media de 16 años, o que la falta de ejercicio puede duplicar tus posibilidades de sufrir un infarto, te será mucho más sencillo emprender el cambio necesario.
Una vez que te sientas motivado para comenzar, asegúrate de establecer metas ambiciosas, pero que te sientas capaz de lograr. Por ejemplo, no es adecuada una meta como perder 20 kilos en una semana. Mantén tus metas en la justa perspectiva temporal, y divídelas en pequeños pasos a lo largo del tiempo. Utiliza también mecanismos que te permitan medir diariamente tu avance hacia tu objetivo. Esto te permitirá mantenerte enfocado en tu objetivo y controlar que el avance se está produciendo correctamente.
Y a partir de ese momento entra en juego la autodisciplina: márcate el reto de lograr los objetivos diarios y semanales que te propongas. Si tu objetivo es hacer ejercicio durante 20 minutos cada día, haz ejercicio durante 20 minutos todos los días. No te permitas saltarte ni un solo día, porque de ese modo, te será más fácil entrar en la dinámica de saltarte el segundo y luego el tercero. Y de ese modo, volverás fácilmente a tu antigua pauta de comportamiento. Mantente siempre la recompensa a largo plazo en mente, y no te permitas sucumbir ante las recompensas fáciles a corto plazo.
En algún caso, también puede ser una motivación poderosa contar con el apoyo de tus seres queridos. Siempre es más difícil abandonar un compromiso cuando hemos dado la cara frente a personas que nos importan. Y otro modo igualmente poderoso es compartir el camino con otra persona que también quiera romper la misma pauta negativa.Y por último, haz lo más agradable posible tu camino de transformación. Ofrécete gratificación en tus avances. Busca formas de recompensarte por tu esfuerzo. Festeja intensamente tus triunfos. En definitiva, te están llevando en la dirección de tus mayores objetivos en la vida. Y eso es algo verdaderamente digno de celebrar.

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