Su papel en ‘El buen patrón’ junto a Javier Bardem la ha convertido en una de las actrices más prometedoras del panorama actual.
POR
PELAYO SÁNCHEZ - Vanity Fair
“Ambos
son auténticos artesanos del cine, miman cada detalle al máximo. A mí
personalmente me agarraron de la mano desde el principio”, añade la joven antes
de explicar con detalle cómo fue trabajar con ellos: “Me dijeron que tenía los
personajes dentro y que solo tenía que confiar en mí. Y la cabeza a veces nos
miente, pero el cuerpo rara vez lo hace”, revela sobre la forma en la que
abordó los dos personajes.
En
La abuela, una cinta de terror psicológico, interpreta a una modelo que tiene
que regresar de París a Madrid para cuidar de su abuela enferma; en El buen
patrón, a una becaria, un rol que incluye escena de sexo con el protagonista,
el actor Javier Bardem. Dos retos para los que se ha apoyado en dos disciplinas
que conoce bien: la danza y la performance. “Aunque primero llevo a cabo un
análisis del texto, claro. Pero a la hora de rodar parto siempre desde lo
intuitivo y lo sensorial. Mi lema es: ‘Pensar menos y sentir más”, explica la
nueva sensación del cine español,
que
asegura tener “dos lados: uno más clásico y otro más punki”.
Dos
aspectos que, cree, quedaron perfectamente reflejados en los looks de Chanel
que lució en Donosti. “En ambos me veía a mí misma. Sin imposturas ni
disfraces”.
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