Al celebrar el primer aniversario luego del Bicentenario del
natalicio del prócer Juan Pablo Duarte y Diez, nos vemos comprometidos una vez
mas a exaltar los valores que adornan la conducta de este insigne hombre quien
lo dio todo por la patria.
Este 26 de enero cuando la inversión de valores pudre en
todos los ámbitos con la corrupción, debemos pensar que no todo está podrido en
nuestro país, no, aun hay quien pueda levantar la bandera que hemos dejado
caer, vendrá una generación renovando los principios que desde el ayer se venían
enarbolando y que malos dominicanos han mancillado.
A Duarte hay que valorarlo en su justa dimensión, no por los
que hoy le rinden hipócritamente, homenajes, que todos sabemos que son falsos ya
que con sus hechos traicionan los ideales de este patricio, con una conducta
intachable a través de los años, que es un ejemplo a seguir.
Recordar y rendir homenaje a Juan Pablo Duarte, es para todos los dominicanos una forma de orientar y enaltecer el rescate de los valores patrios y con ello impulsar el fortalecimiento de la dominicanidad.
Duarte un joven con un manantial de virtudes, cuyas inspiraciones deben ser copiadas por todos los dominicanos.
Recordar y rendir homenaje a Juan Pablo Duarte, es para todos los dominicanos una forma de orientar y enaltecer el rescate de los valores patrios y con ello impulsar el fortalecimiento de la dominicanidad.
Duarte un joven con un manantial de virtudes, cuyas inspiraciones deben ser copiadas por todos los dominicanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario