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24 de enero de 2014

La literatura y la lengua

RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com

La función de la literatura no es de tipo didáctico. Dicho de otro modo,  el arte  literario  no se produce con el fin de  enseñar, adoctrinar, catequizar ni mucho menos para inculcar en los lectores alguna moraleja. Sin embargo, el maestro  resulta un  mediador  indispensable para que la obra  literaria  llegue a niños  y jóvenes y para estimular en éstos el interés  por la lectura y el refinamiento del gusto por las artes en general.

Por las razones citadas, me parece que la organización de un concurso  de cuentos dirigido a cientos de jóvenes que se preparan para  servir en el sistema educativo nacional,  constituye una acción  muy certera, por cuanto pone a los futuros  maestros en contacto pleno con la creatividad y,  en consecuencia, el  desarrollo  de su imaginación.

La imaginación es frecuentemente ignorada  en el proceso educativo. Se requiere tener presente  que no puede un maestro estimular   el desarrollo de  esta facultad en los alumnos confiados a  su responsabilidad, si él mismo no ha  experimentado  el placer que proporciona tal  actividad.

El concurso de cuentos “Juan Pablo Duarte: Fundador de la República Dominicana ”, organizado por  el Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña,  ha  sido un éxito rotundo, en primer lugar por la cantidad de futuros maestros que ha participado en el mismo,  lo cual ha resultado una verdadera y grata  sorpresa.

En segundo término,  merece la calificación de  atinado el certamen  por la calidad de los textos, en los que se aprecia un  adecuado juego  de imaginación, aun tratándose de  cuentos basados en la vida del  padre de la Independencia de la República Dominicana, Juan Pablo Duarte. Ello indica que los participantes  vencieron  gallardamente las limitaciones  temáticas.

Hay  que ver los cuentos ganadores. El  primer lugar fue adjudicado al joven  Jonathan Sentele Fafa, estudiante del recinto Juan Vicente Moscoso, en San Pedro Macorís; mientras  José Feliciano Cruz, del Emilio Prud´Homme obtuvo el segundo, y  Rayniel Almonte Berihuete,  recinto Eugenio María  de Hostos, ganó el tercer lugar.

Es necesario que los profesores de todos los niveles de la educación se distingan por un  nivel adecuado de manejo de nuestra lengua, aun no se dedicaran a la enseñanza de esta materia. Creo  sinceramente que  actividades como este concurso  cumplen fielmente  el objetivo de   promover  en los futuros maestros  tal aspiración.

Bueno será que esto se siga haciendo y que los alumnos se preparen para  pugnar  con   la disposición de asimilar recursos  que les permitan una mejor comunicación, en similar término que con el espíritu competitivo que  caracteriza a todo quien  se lanza a una contienda. Los concursos literarios para los futuros  maestros  vienen a servir como lluvia en tierra seca. Enhorabuena.

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