El número de deepfakes o videos falsos crece a un
ritmo anual del 900%, según el Foro Económico Mundial. Y es que el uso de redes
neuronales (método de Inteligencia Artificial) y del aprendizaje profundo o
Deep Learning (de ahí el término deepfake) permite prácticamente a cualquiera
usar imágenes, videos y audio para crear contenidos multimedia realistas, en
los que se altera digitalmente el rostro o cuerpo de una persona para que
parezca otra.
Con estos contenidos, el objetivo de la
ciberdelincuencia es acosar, vengarse, realizar estafas, entre otros delitos,
convirtiéndose en casos que frecuentemente ocupan titulares en los medios de
comunicación. Recientemente, los analistas de Kaspersky descubrieron que los
cibercriminales ofrecen sus servicios maliciosos en la Darknet para crear estos
videos falsos y, ahora, recopilan los tres principales tipos de fraude basados
en deepfakes.
Fraude financiero
Los ciberdelincuentes pueden utilizar deepfakes
para hacerse pasar por celebridades, políticos y empresarios para que las víctimas
caigan fácilmente en el engaño. Un ejemplo de ello es un video creado
artificialmente el año pasado con Elon Musk como protagonista. En éste, el
fundador de Tesla prometía grandes ganancias si se seguían una serie de
consejos para invertir en criptomonedas. El contenido se volvió viral y muchos
usuarios perdieron su dinero. Para crear deepfakes como este, los estafadores
utilizan imágenes de personas de interés o combinan videos antiguos y publican
videos o transmisiones en vivo en redes sociales, prometiendo algún beneficio,
como duplicar cualquier pago en criptomoneda.
Deepfakes pornográficos
Con la foto de una persona, individuos
malintencionados pueden crear una pieza en la que su víctima aparezca en una
situación comprometedora. De hecho, el FBI acaba de emitir una advertencia
sobre la manipulación de fotos y videos publicados en la red para la creación
de contenido explícito y esquemas de extorsión. En varias ocasiones se han
detectado videos de este tipo utilizando rostros conocidos, pero las víctimas
también pueden ser personas anónimas, sufriendo graves consecuencias. Quienes
son involucrados en este ataque ven dañada su reputación y vulnerados sus
derechos. Uno de los últimos ejemplos ha sido el de la cantante Rosalía, quien
fue víctima de una foto falsificada donde aparecía, supuestamente, haciendo
topless.
Estafas empresariales
Los deepfakes también pueden utilizarse para atacar
a empresas mediante extorsión, chantaje o espionaje industrial. En una ocasión,
los ciberdelincuentes engañaron al gerente de un banco de Emiratos Árabes
Unidos con este método, robando $35 millones de dólares. A partir de una
pequeña grabación de voz, crearon una locución con la que lograron estafar al
responsable de la entidad. En otro caso, los criminales trataron de burlar a la
mayor plataforma de criptomonedas del mundo, Binance. Generaron un deepfake de
uno de sus directivos y lo utilizaron en una reunión en línea para hablar en su
nombre.
Además, los responsables de recursos humanos ya
están en alerta ante el uso de deepfakes por parte de candidatos que solicitan
trabajo a distancia, según otra advertencia del FBI. En el caso de Binance, los
atacantes utilizaron imágenes de personas que encontraron en Internet para
crear videos falsos y añadirlos a los currículums. Si consiguen engañar a los
responsables de recursos humanos y más tarde reciben una oferta, pueden robar
datos de la empresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario