24 de junio de 2014

Oración por Sobeida I

Por Denis Mota Álvarez

Sobeida Félix Morel
Dios salve y cuide a Sobeida Félix Morel de todo maldeojo o comentario maldiciente. Pido a Dios, por intermedio del Hijo y del Espíritu Santo, que se le vuelva chicharrón la boca a cualquier dominicano o dominicana,  haitiano o haitiana o boricua, hembra o varón, que cuestione la disposición que puso en libertad a tan famosa varonesa, reina champañera de la calidoscópica discoteca Jet Set, de la avenida Independencia, de Santo Domingo, capital Primada de América.

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Te pido Señor que también protejas de cualquier sicario indolente al juez de Ejecución de la Pena, de San Cristóbal, Su Excelencia Magistrado y Doctor, Don Willys de Jesús Núñez, quien dispuso la libertad condicional a favor de la reclusa Sobeida Félix Morel, acogiéndose al libre albedrío de la íntima convicción, condicio sine qua non para impartir justicia.

¡Ay, ñe ñé¡ como decía el obispo Don Roque!

A la ex-convicta o combatiente de la justicia, según los periodistas que la esperaban a la salida de la cárcel, la decisión del probo Juez le pareció “Muy bien”.

Dicen que, al enterarse de la puesta en libertad de la amada Sobeida, el capo boricua José David Figueroa Agosto exclamó, desde el  Centro Metropolitano de Detención de Brooklyn, Nueva York “si yo pudiera de donde estoy ¡ay amor! hacerte venir”.

Entonces un carcelero le informó que Sobeida deberá presentarse el tercer viernes de cada mes, a partir de julio de este año hasta junio 2015, que es cuando concluye la totalidad de la pena impuesta por el tribunal que le condenó.

Figueroa, quien es fan del cantante cubano Amaury Pérez, se puso a cantar:

No lo van a impedir los soldados/ ni la primavera/ ni el temor de la virgen si oscurece/, ni moralista/, no lo van impedir los enemigos/, los generales/ ni apelables procesos judiciales/, ni las soledades de este calabozo/. No lo van a impedir/ los corre mundos/ ni siquiera los aspirantes al hacha del verdugo/ que Sobeida venga hasta aquí.

Desde su apartamento, con una copa tulipán rebosante de champaña Blanc de noirs, alargada y estrecha, atractiva y elegante; la soberana Sobeida en ropa interior de seda rosada, sobre la cama añorada, recuerda las letras de una canción que escuchó tanta veces con su amado Junior Cápsula:

“Yo tengo un amigo que aguarda mi vuelta
con una sonrisa y un sabor a fiesta”(a.p)

Sobeida terminará, como Balbuena en la película, en Nueva Yol.

Mientras, nosotros ciudadanos de apie y miembros activos GdP, mejor conocido como Grupo de los Pendejos, esperamos con los brazos abiertos y a ritmo de Luis –terror- Díaz ¡baile en la calle! que sean también libertados: Mary Peláez Frappier, Eddy Brito, exesposo de Sobeida, Sammy Dauhajre, Juan José Fernández Ibarra e Ivanovich Smester: ¿este tipo será ruso, por si las moscas?

Tiempo atrás, un buen magistrado, no sé si por pena o despena, favoreció con la suspensión de la pena de cinco años de prisión a Madeline Bernard Peña, la viuda del asesinado coronel José Amado González y González, y también dispuso la devolución de cuatro residencias ubicadas en los sectores de Naco, La Castellana y en Los Cacicazgos y otros bienes que ya no importa recordarlos.

Sé, la verdad, no sé, qué valor moral, con que vara se mide la honestidad, cuáles son los parámetros que se toman en cuenta a la hora de valorar probidad, el don de bien de un ciudadano o ciudadana, que cumple las leyes, pagas los impuestos y va a la iglesia y confiesa sus penas.

No sé, la verdad es que a veces, en esos días oscuros que no tengo para gasolina, la sal y el azúcar, me corren las lágrimas por las mejillas, porque si sé que en mí habita el pendejo al que le faltan cojones, porque papá y mamá me castraron con aquella letanía de que la mayor riqueza de un pobre es la honestidad y seriedad.

Un narcotraficante y un dueño de una lavandería de dólares y euros se jactaban a una esquina próxima a un supermercado de decirles a los muchachos “sanos”:

Entren al súper con los bolsillos llenos de honestidad y seriedad.

¿…y?

Los muchachos quedaban confundidos y algunos cambiaron de rumbo. No sé por dónde andarán, en qué playas disfrutan sus fortunas, en qué villas o fincas cuentan full-de-to los bienes,  en qué cárceles estarán añorando a sus madres y a las novias de las esquinas o en qué baúl de un Mercedes Benz  fueron cosidos a tiros y calcinados, luego de rociarlos con tinera, por sicarios. La verdad, si sé, que aún me quedan dudas.

De todos modos:


Salve y proteja Dios a Sobeida I, famosa y elegante, y a sus preciados y codiciados bienes y la libre de todo mal, incluyendo a un sicario desalmado. 

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