VIELKA JACOBO
El Seíbo.- Tiene su
origen en el siglo XIX, en una bebida llamada “Pru”, que era preparada por
María Vallejo de Duvergé (Mamá Teté), esposa de Tomás Duvergé (fundador de la
empresa).
El refresco gozaba del
gusto y preferencia del pueblo y de las personas de todo el país que se
dirigían a Higüey a visitar a la Virgen de La Altagracia. En ese tiempo no se
conocía el hielo ni se envasaba en botella, por eso se servía en tazas, vasos y
jarros a temperatura ambiente.
El líquido era
endulzado con melao y en ocasiones con miel de abeja. Su calidad y popularidad
mejoró más adelante con el uso de la azúcar negra y su embotellado. Sin
embargo, su gran paso al éxito ocurrió a mediados del siglo XX, cuando Tomás
Otto Duvergé abrió una fábrica de hielo y con ello el Pru pasó a llamarse mabí
y a venderse frío.
Más adelante el negocio
pasó de las manos de Valentina (la hija de Mamá Teté) a su sobrina Dolores
Enésima, quien introdujo la azúcar blanca.
Precaución:
Debido a su gran éxito,
la bebida ha tratado de ser copiada en numerosas ocasiones, por eso su
representante no revela la receta.
Gusto:
La fama del refresco
hace que su clientela esté compuesta mayormente por personas que la compran
para llevar de regalo.
Ovidio Otto Morales
dijo que cada día preparan entre 20 y 25 cajas de 16 unidades para vender en la
fábrica a un módico precio de 125 pesos.
Cada pueblo tiene algo
que lo identifica. Santiago tiene su Monumento, Constanza sus pirámides y Santo
Domingo su Catedral. Pero las zonas no sólo se conocen por grandes estructuras
y antigüedades, sino también por acciones innovadoras que permanecen en el
tiempo.
Ese es el caso de El Seíbo,
que se conoce por su “mabí”, una bebida que ha refrescado miles de paladares
desde su creación en el año 1883, con el mismo sabor y calidad que le
caracterizaron desde sus inicios.
El Mabí Champagne
Seibano se elabora a base de agua, azúcar y bejuco de indio y pasa por un
proceso de fermentación “secreto” que su representante Ovidio Otto Morales no
quiso revelar, porque asegura que muchas veces lo han querido copiar.
El tradicional
empresario, que heredó la fábrica de sus antecesores, dijo que el proceso de
cosecha dura entre uno y dos meses y obtienen entre 200 y 300 huacales por mes.
La fábrica del mabí
seibano se encuentra en el mismo lugar de sus inicios, a la entrada de la
provincia de El Seíbo.
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