Vielka Jacobo
Unos de los lugares
más visitados por nacionales y extranjeros en República Dominicana es la
paradisíaca Laguna Gri-gri. Localizada en el municipio de Río San Juan, al
noroeste de la isla, perteneciente a la provincia María Trinidad Sánchez.
El nombre de la
hermosa laguna se debe a un árbol con el mismo nombre que abunda en la zona. En
sus orígenes este era un manantial que conducía a un arroyo con el mar, pero
que producto de un terremoto, en el año 1958, se convirtió en laguna, al mismo
tiempo que pasó a ser un espacio de conexión con la naturaleza y la
tranquilidad.
La Laguna Gri-Grí,
quisiera ser como un canto de grillos, pero de día. Allí la Naturaleza madre se
pone a entretejer bellezas, que estremecen el sentido estético, no sólo de
quienes vienen de fuera, sino además de los que fueron paridos en esta tierra
dominicana, llamada “Cuna de la Civilización del Nuevo Mundo”.
Puede uno, untarse
de primavera perenne, yéndose a las cuevitas -en yola- donde van a dejar sus
huevitos, aquellas golondrinas, que no provienen de San Juan de Capistrano, en
California, sino que hacen un viaje más largo: van desde el Brasil, del
Candomblé y la Macumba, a Dominicana, donde el vudú tiene su acomodo.
El piar de aquellas
golondrinas brasileñas se junta con el raro azul de la mar, en ese sitio. Y
para arrobar más el alma humana, quien va allí, en yola, puede disfrutar, la
profundidad de ese suelo marino y la magnificencia de los corales.
Ahí, en ese pedazo
de mar, junto a las cuevas, se conjugan algunos azules.
Como los azules
aquellos de Capri, la isla italiana, por donde nos cuenta el bienaventurado
Homero, en su Ilíada y en La Odisea.
Porque al lado de
dicha laguna hay una playa, en donde la arena es amarilla; gruesa, caliente,
conmovedora, como las caderas de la negra caribeña, donde se resume todo el
vigor del vecindario antillano.
A esta playa le
llaman El Caletón.
Y cuando, desde
tierra, uno se mete en yola hacia la mar, para adentrarse en las cuevas en
donde se oye el piar de las golondrinas, uno casi va tocando fondo.
Y las raíces de los
mangles como que tejen un suelo, con la arena blanca, para dibujar un paisaje
extraño, en donde el humano sentir se enaltece.
Es cuando uno olvida
las penas. Y las deudas.
Y se pone, sin
prender vela ni hacer oraciones de boca, a darle gracias a Dios por tan grande
beneficencia.
Gri-Grí, como otros
centros maravillosos que Mamá Naturaleza ha hecho en la tierra DOMINICANA.
Encuéntrese uno que
otro muchacho juguetón, chocando caracoles.
Y de entre ellos,
alguno que quiere sacarle ventaja-desmesurada- a los turistas.
Pero todo eso es
justo; es el ejercicio de la humanidad, con sus grandezas y cojeras.
Las excursiones a
este destino se ofrecen en botes tanto con fondos transparentes como normales
en un trayecto de unos treinta minutos en los que se puede conocer todo el
lugar para luego disfrutar de un refrescante chapuzón en las dulces aguas de la
laguna; Está la "CUEVA DE LAS GOLONDRINAS", "PLAYA CALETON" en RIO SAN JUAN.
Otro de los
atractivos de la zona es el Carnaval que se realiza sobre sus aguas cada año,
desde el 1997. Este espectáculo es calificado como único en su clase por
tratarse de una exhibición de disfraces y mascaras inspirados en especies
marinas. Se realiza en el mes de febrero.
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